DISTRITO 21 | BibleBuild

Capítulo 9

BUILD

Mis habilidades en la cafetería mejoraban con rapidez y afortunadamente habíamos logrado concretar con éxito cada una de las órdenes en la hora pico, por lo que decidimos descansar un poco mejor una vez que el lugar se encontró casi vacío.

Aproveché el momento para ordenar los mostradores y me dispuse a reponer algunas tartas que ya se habían acabado, pero poco después, una voz me sorprendió.

—¡Tomaron mi consejo y contrataron a alguien más, eso es bueno! —un cliente se acercó al mostrador.

—Pues, no tuvimos otra opción —Ta rió—. Oh, Build. Él es Jeff, un viejo amigo de la universidad.

El chico sonrió, asintiendo con la cabeza. ¡Se veía tan genial! Desde su ropa, hasta la forma en que su cuerpo reposaba sobre el mostrador eran totalmente cool.

—Cliente VIP, mis bebidas son gratis —susurró Jeff.

—¡Escuché eso! —gritó Ta mientras terminaba de preparar su latte—. Sólo dices tonterías.

—Oye, vengo aquí todos los días, deberían otorgarme algún tipo de beneficio.

—Tu beneficio es ver esta cara todos los días —mi compañero sonrió mientras señalaba su propio rostro.

Jeff negó con la cabeza, soltando una pequeña risa.

—Por cierto, no te vi por aquí ayer —reclamó Ta.

—Ugh, sí. Los ensayos para la presentación de Moons y Stars se extienden demasiado —suspiró—. Es difícil ser popular.

—¡Oh, deja eso! —bromeó Ta—. Aquí está tu café.

—Lo beberé aquí, necesito descansar un poco —Jeff se sentó en uno de los bancos junto al mostrador.

—Los dejaré solos, de todas formas cerraremos pronto, ¿no es así? —pregunté.

—Oh, claro. Cuidaré del niño popular yo mismo —respondió Ta, guiñando un ojo.

Al ver la forma en que se miraban, intuí que algo ocurría al instante, por lo que creí que les vendría bien algo de tiempo a solas. El único inconveniente en ese momento era que la batería de mi teléfono ya estaba muerta y no había mucho más que hacer allí hasta terminar mi turno.

Caminé hasta el frente, echando un vistazo a la enorme cantidad de libros en las estanterías. Me senté en una de las mesas junto a ellas y mis dedos se pasearon por algunos de los libros, sin tener idea de qué tipo de historias se encontraban dentro de ellos. Uno en particular logró captar mi atención: era pequeño y azul, y parecía contener muchas imágenes. Lo tomé para pasar el rato, poniendo especial atención en cada imagen, sin intentar comprender las palabras en los pequeños globos de texto.

La historia estaba ambientada en la secundaria, y comenzaba con una chica viéndose un tanto nerviosa al confesarle algo a aquel chico de cabello claro, quien parecía ser el personaje principal. Sin embargo, toda la atención de este último parecía centrarse únicamente en otro chico más bajo que él, de cabello oscuro, al que conoció tras chocar con él saliendo de la librería. Ambos parecían pasar buenos momentos juntos en la secundaria, pero se veían especialmente emocionados en sus salidas al cine. Me pregunté si podría existir entre ellos algún sentimiento más profundo que una simple amistad, por la forma en que se veían al encontrarse a solas, pero no creí que se publicasen historias de ese tipo.

No logré llegar a ver todas las imágenes ya que, por algún motivo, alguien me devolvió a la cafetería al sacudir mi cuerpo con preocupación.

—¿¡Estás bien!? —Bible apareció a mis espaldas—. ¿Por qué no contestas mis llamadas?