Capítulo 8

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BIBLE

Regresamos al edificio, dirigiéndonos hacia la sala de estar, en donde Ta nos esperaba cómodamente en el sofá. Build mantuvo su mirada en el suelo y ambos volvimos a sentarnos junto a la pequeña mesa, Ta se unió a nosotros, esta vez con una expresión traviesa en su rostro.

Sí, lo explicaré, deja de verme de ese modo, Ta —bromeé.

Lo siento, lo siento —rió, levantando sus manos—. ¿Cómo es que se conocían?

Pues, recuerdas al chico del que te hablé, ¿verdad?

El chico... ¿El chico? —sus ojos se abrieron en sorpresa.

Asentí, Build levantó la mirada de inmediato y comenzó a beber, tratando de disimular su interés en la conversación.

Mierda, ¿hablas en serio? El mundo es muy pequeño, ¿no es así? —Ta abrió una de las latas mientras negaba con la cabeza—. ¿Estoy en problemas entonces? Es que, tú querías alejarte de él y...

Nunca te callas, ¿verdad? —le arrojé una de las bolsas de snacks.

Como sea, sí es tan adorable como habías dicho antes.

Build comenzó a toser y mis mejillas se tornaron rojas rápidamente.

—No lo escuches, Build. El alcohol lo vuelve tonto.

—Es que... Sólo ha tomado un sorbo —señaló Build con timidez.

No supe cómo responder, y se creó un incómodo silencio entre nosotros.

—¿Ves? —Ta señaló mi rostro—, cuando está nervioso comienza a tocar sus orejas.

Y el bastardo tenía razón, por lo que rápidamente ocupé mis manos con una cerveza y comencé a beber tan pronto como pude.

Entonces... —aclaré mi garganta—, ¿cómo estuvieron las cosas en el trabajo?

Bien. Muy bien, de hecho —Build sonrió—. Los clientes son muy amables, ¡sonríen y me desean un buen día al irse! Además, —tomó otro sorbo de su bebida—, mi espalda duele por levantar cajas de leche y correr al fondo para calentar más sándwiches, ¡es increíble!

Se veía totalmente satisfecho por su jornada de trabajo y no fue necesario para mí preguntar por qué sonreía por su dolor de espalda, lo comprendía a la perfección: su cuerpo dolía por un trabajo que no requería ser golpeado, humillado o tratado como alguien inferior.

Ven aquí —le indiqué que se sentase en el suelo, de espalda entre mis piernas—, te ayudaré con eso.

Build se acercó a mí, algo confundido, y comencé a masajear suavemente su espalda, aumentando el ritmo y presión poco a poco. Eché un vistazo hacia el sofá en donde Ta había vuelto a recostarse, parecía estar dormido, por lo que presioné sus hombros con más fuerza de la que debía, sólo para escuchar así un corto gemido escapar de sus labios.

¡Ah...! —suspiró.

—Lo siento —escondí una pequeña sonrisa—. Trataré de ser más gentil.

Mi cabeza, que se sentía ya algo mareada, reposó entre su hombro y su cuello, sintiendo su aroma más de cerca; mis manos se colaron bajo su camiseta, subiendo lentamente por su espalda, sin dejar de masajearla. Mi mano rozó con suavidad uno de sus pezones, lo que hizo que su espalda se arqueara, y no me detuve. Coloqué una de mis manos sobre su boca, para que Ta no lograse escuchar los profundos suspiros que se convertían con delicadeza en suaves gemidos, en el momento en que mi lengua comenzaba a jugar con el lóbulo de su oreja.

DISTRITO 21 | BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora