DISTRITO 21 | BibleBuild

Capítulo 3

BUILD

Dejé caer mi cuerpo sobre las frías sábanas, Bible se deshizo de sus pantalones y me encontré con su cuerpo de rodillas frente a mí. Me senté sobre la cama para permitir que mis labios recorrieran su abdomen hasta que me empujó suavemente sobre mi espalda; su mirada se paseó por todo mi cuerpo hasta que llegué a sentirme algo avergonzado, pero al intentar apartar la vista, el joven sujetó mi rostro una vez más para que pudiese verlo directo a los ojos.

-Te ves tan sexy en este estado... -su pulgar acarició mis labios-. Tan caliente... Sólo para mí.

-Mm... -mi boca jugó con su dedo, succionándolo ligeramente mientras nuestros cuerpos entraban en contacto.

Una vez que Bible se encontró encima de mí, se acercó en otro fallido intento de besar mis labios. Mi cuerpo reaccionó rápidamente, impidiéndoselo. Aún no tenía la confianza suficiente en él para permitírselo, y es que era demasiado lo que esos desconocidos habían visto, tocado y arrebatado de mi cuerpo. No era mucho lo que me quedaba, lo que aún me pertenecía, pero algo tan puro e íntimo como un beso en los labios no era algo que estuviese dispuesto a entregarle a alguien a quien no amaba, a alguien en quien no confiaba profundamente, incluso si eso significaba ganar algo menos de dinero en ocasiones.

-En mis labios no, por favor -susurré.

Bible asintió, regalándome una leve sonrisa, y con cada pequeño beso en mis mejillas que me dió a continuación, me sentí más y más seguro en sus brazos. Permití que mis manos exploraran su cuerpo y poco a poco aumentó la fricción entre nuestros miembros, que crecían ansiosamente bajo nuestra ropa interior.

-¿Qué es lo que te gusta, Build? -preguntó con voz ronca.

Me encontré algo perdido, siendo que mi objetivo usualmente se centraba en el placer de mi cliente y nunca en mi propio cuerpo, no estaba seguro de lo que mis sentidos anhelaban. El hecho de que Bible mostrase interés en satisfacerme, era una experiencia totalmente nueva para mí.

-¿Cuál es tu punto débil? -susurró.

Mi mente sólamente pudo pensar en una cosa, algo que me volvía loco.

-Detrás de ti -señalé el gran espejo en la pared, frente a mí cama.

Bible volteó hacia él, invadido por la confusión.

-Me gusta... Ver mi reflejo mientras lo hago -expliqué en voz baja.

-Veámoslo juntos entonces -una sonrisa traviesa apareció en su rostro.

Ambos volteamos en dirección al espejo, de rodillas sobre la cama para convertirnos en los únicos espectadores de nuestra propia escena. Su cuerpo detrás del mío tomó todo el control: su brazo derecho rodeó mi cuello, sosteniendo mi hombro mientras su mano dominante se deslizó por mi sensible cintura y liberó mi polla de mi ropa interior, moviéndose lentamente hacia arriba y hacia abajo.

-Mm... Uhh... -mis manos se aferraron a su brazo y me sorprendió lo increíble que se sintió el hecho de no tener que fingir mis gemidos para satisfacer a alguien más. Ni siquiera eran causados por el dolor esta vez, la única razón era el placer que aumentaba poco a poco.

-¿Puedes verlo ahora? -su cabeza se posó sobre mi hombro, mirando directo hacia nuestro reflejo-. ¿Puedes ver lo jodidamente sexy que te ves en este momento?

Esta vez no aparté los ojos del espejo, pudiendo ver cada una de nuestras expresiones, lo que avivó aún más la llama en mi interior.

Bible se deshizo finalmente de nuestros bóxers y buscó un condón en el bolsillo de sus pantalones en el suelo, antes de volver a colocarse de rodillas detrás de mí.