TW: miscarriage
.
.
.
.
."¡Ay, cabron!"
"¡Val!" Me regañas con una sonrisa.
"Ya me arrepentí, mi amor." Volteo a verte con un puchero. "Ya déjamelo así mejor." Le digo al tatuador que me está viendo sorprendido, confundido entre seguir o detenerse.
"¿Cuál déjamelo así? Solo te ha puesto una mini rayita, morrita. Apriétame la mano." Me dices dándome un beso en la cabeza al mismo tiempo que aprietas mi mano en señal de apoyo. "Yo ya tengo el mío, solo faltas tú." Me recuerdas.
Veo las líneas trazadas en mi brazo y pienso en lo que esto significa para mi. Después volteó a ver tu brazo que ya está tatuado y cubierto con plástico y pienso en lo que esto significa para ambas. Suspiro y llevo tu mano a mi boca para darte un beso. Asiento y volteó a ver al chavo que está quieto esperando mi señal. "Está bien, sigue."
"Eso, mi amor." Me echas porras.
"Ahorita lo terminamos rápido, señorita." Me promete él al mismo tiempo que posiciona la aguja nuevamente sobre mi piel.
No es tanto lo que duele sino más bien que no soy nada fan de las agujas y me dan un poco de miedo. El dolor es diferente a lo que había imaginado, es más bien como un ardor, como si quemara. Pero es un tatuaje tan pequeñito que terminará más rápido de lo que pensaba y es algo que tenía tantas ganas de hacer, que el miedo a las agujas no me puede vencer. El lema de "hazlo con miedo" es algo que siempre he querido que rija mi vida y es algo que desde siempre tratamos de enseñarle a nuestros bebés. Así que no puedo dejar de hacer algo por miedo.
Cierro mis ojos un segundo y al abrirlos me encuentro con los tuyos. Ese color café que tanto amor me hace sentir, que tanta paz me da y que me llena de fuerza en todo momento.
Tal y como lo predije, el chavo termina rapidísimo y al ver la tinta roja en mi brazo no puedo evitar apretar los ojos sintiendo como se llenan de lágrimas.
Levanto la mirada para encontrarme con la tuya y sonreímos, es mágico como podemos tener una conversación completa con solo vernos a los ojos. Es una de las cosas que más me gustan de nosotras, lo bien que nos entendemos, lo conectadas que estamos.
Teníamos muchos años queriendo hacer esto y por fin lo hicimos.
El tatuador me pone una pomadita y después de decirnos las indicaciones de cuidado, salimos del lugar. Nos subimos al carro y nos tomamos de la mano nuevamente. Sin hablar, arrancas el carro y comienzas a manejar sin separar nuestras manos. Me gusta verte manejar, siempre me ha gustado. Tienes un perfil hermoso, mi Juls.
Durante el camino no nos decimos nada, el silencio entre nosotras nunca ha sido incomodo porque nos comunicamos con miradas o con caricias.
Levantas la ceja y volteas a verme con una pregunta en tus ojos, te sonrío y asiento. Yo también quiero ir a caminar contigo.
Te estacionas en el parque que cerca de nuestra casa, todos los sábados ponen un bazar y, aprovechando que tenemos todo el tiempo del mundo porque nuestros niños están bien cuidaditos, podemos recorrerlo sin prisas y detenernos a comer algo.
Caminamos en silencio por varios minutos, nos detenemos a comprar una pulserita para Lua y un carrito de madera para Luca.
"¿Quieres un helado, Val?"
"Si, mi amor."
"Ve a sentarse a esa mesita, ahorita te lo llevo." Me dices.
Me siento y comienzo a observar el tatuaje con más detenimiento, por el plástico y la pomada no se alcanza a apreciar pero saberlo ahí me da mucha paz.
ESTÁS LEYENDO
Mine
RomanceAU La vida de Juliana y Valentina como mamás. Serie de one-shots basados en canciones.