BRILLAS

2.3K 174 11
                                    

Si no fuera porque, literal, vi a Lua salir de mi cuerpo y aún recuerdo vívidamente el dolor tan inmenso que sentí cuando nació, pensaría que tú la pariste. Es tan igual a ti.

Tal vez no físicamente, porque a pesar de que elegimos a un donador que prácticamente podría pasar por tu hermano, con el cabello negro y los ojos oscuros; nuestra hija tiene el cabello dorado, tan rubio como lo tenía yo cuando era niña y tiene también mis ojos. Sin embargo, su personalidad es completamente tú. Yo era siempre precavida, siempre temerosa, siempre al pendiente de no hacer algo que molestara a papá cuando llegaba del trabajo, siempre en silencio porque a mamá nunca le gustaba el ruido. Ella es todo lo contrario, es la niña más valiente, la más atrevida, la más intrépida, la que nunca está quieta. Es un torbellino de energía igual que tú. Me acuerdo de todas esas historias que me has contado de tu infancia, de lo traviesa que eras y todas las aventuras que tuviste por no temerle a nada, nuestra hija es así. Siempre bailando, siempre sonriendo. Son como el sol que ilumina todo a su paso con sus personalidades tan fuertes.

También comparte contigo el amor al arte. La única actividad con la que la podemos tener tranquila unos minutos es cuando le haces algunos dibujos para que ella les ponga color. Que es justamente lo que decidí que podríamos hacer para darte unos minutos de calma mientras Luca duerme. Sin embargo, no contaba con que ha pasado casi un mes desde que te has sentado a dibujar y no tenemos ningún libro para colorear en la casa. Lua ya está desesperándose porque le prometí que pintaríamos un rato así que voy al cuarto para avisarte que saldremos unos minutos pero te encuentro dormida y decido que es mejor no despertarte.

"Ponte el suéter, Lu. Vamos a ir a comprar unos dibujos."

"¿Mami va?"

"No, mi amor, está dormida con tu hermanito."

Es una batalla campal salir con Lua, no le gusta darnos la mano y quiere hacer todo sola, además de que es demasiado fan de salir corriendo cuando ve algo que le gusta. "¡Mis zapatos!" Me dice señalando sus pies descalzos. Estoy demasiado cansada para lidiar con una persecución así que la tomo en mis brazos. "¿Me dejas cargarte, mi bebé bonita?" Le pregunto tiernamente y dándole un beso en la mejilla. Normalmente Lua es tan independiente que no aceptaría eso, sin embargo, desde que nació el bebé ha querido estar con nosotras todo el tiempo, me pide que la cargue constantemente y va contigo a acurrucarse mientras yo estoy con Luca.

Se abraza a mí escondiendo su carita en mi cuello y asiente. Respiro el aroma de su cabello que poco a poco ha ido perdiendo su olor natural de bebé. No quiero que crezca. "Te amo." Le digo antes de tomar mis llaves y salir del departamento en dirección a alguna papelería o tienda en donde podamos encontrar un libro para colorear.

Más de media hora después, por fin estamos de vuelta en el departamento con dos libros para colorear, unos crayones nuevos y una bolsa de tus papas favoritas. En cuanto abro la puerta, lo primero que veo es a ti, con el ceño fruncido y Luca en tus brazos llorando.

Te ves tan, pero tan cansada.

"¡Mami!" Grita Lua empujándome para bajarse y correr hacia ti. "Mamá me compró dibujos, ¿pintamos?" Pide estirando sus bracitos para que la cargues.

Toco su hombro con la mano para evitar que salte hacia tus brazos. "Lua, mami todavía no puede cargarte, acuérdate que está adolorida."

Lua hace un puchero como si quisiera llorar. "Pero está cargando al bebé."

"Solo lo cargué para dárselo a mamá." Respondes y ni siquiera he terminado de cerrar la puerta cuando ya tengo a nuestro bebé en mis brazos. "Enséñame tus libros, mi luna, vamos a colorear en la sala."

MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora