Capítulo 1: El Inicio

275 12 0
                                    

El auto dio una enésima sacudida. Cálmate. Respira profundo. Ochako no expulses todas tus emociones, no... ¡Demonios! ¿Por qué teníamos que mudarnos? La sola idea de perder todo y tener que empezar de nuevo me tenía sin dormir desde hacía dos semanas. ¿Papá y mamá no podían ir a Escocia en otro momento? Sé que fue por el trabajo, pero aún no logro acostumbrarme a la idea de vivir lejos de ellos y de mudarnos de nuestro viejo hogar en Pinllert.

Extraño a Momo y Kyoka. No imagino una vida escolar sin mis amigas de infancia a mi lado. Y para rematar la guinda del pastel, estaba completamente segura que el pueblo de Demon era uno de esos lugares donde todo es campo y sus habitantes solo pueden entrenerse en el chismorreo local.

_ ¿Pensando en tu nuevo hogar? -Me preguntó mi hermano de repente.

Mirio iba al volante y me miraba con esa sonrisita de suficiencia que quería decir: ''Soy el mayor. Te cambié los pañales y conozco el significado de las 25 formas de fruncir el ceño que tienes''.

No le respondí inmediatamente, sino que me giré y lo observé durante un rato. Se veía realmente genial con sus lentes de sol y su cabello rubio ondeando producto al aire que entraba por la ventanilla.

A mí, el mismo aire me tenía el cabello enredado y dirigido hacia todas las direcciones. Los largos mechones de cabello marrón se me estaban metiendo dentro de los ojos, y cansada de apartarlos, subí la ventanilla de mi lado.

_Esa habilidad sobrenatural que tienes para saber que estoy pensando es terrorífica- Le comenté mientras me cruzaba de brazos-Y sí. Estaba pensando en mi ''nuevo hogar''.

_No te preocupes Ochako. Es normal que te sientas mal y preocupada, incluso ansiosa. Estás perdiendo la vida a la que estabas acostumbrada. Pero los Uraraka somos fuerte por naturaleza. Saldremos adelante.

Me quedé pensativa. Mirio también había tenido que dejar su vida detrás y cambiar de trabajo. Temporalmente. Pero aun así ambos estábamos montados en el mismo barco.

_Sé que a tu edad es difícil-Prosiguió-La adolescencia es complicada. Hormonas y todo eso. Cuando tenía 18 al igual que tú, comencé a venir a Demon por las vacaciones, a quedarme con los abuelos. Tú estabas muy pequeña para venir. Fue una temporada extraña en mi vida, porque estaba solo en un lugar completamente nuevo. Pero me fui acostumbrando, y al final, terminé agarrándole cariño a este lugar. Ahora, a diferencia de mí, no estás sola. Yo estoy contigo.

Sonreí agradecida por sus palabras.

_ ¿Falta mucho para llegar? -Le pregunté-La verdad, ya estoy un poco cansada de ver solo vegetación y carretera.

_Creo que unos 100 km. Lo siento, pero vas a tener que esperar un poco más.

_Entonces tomaré una siesta. No he dormido muy bien últimamente.

Me observó preocupado por un instante, pero luego relajó el semblante. Supongo que se percató por si mismo que era normal tener problemas para dormir, luego de que te comuniquen que te irás a vivir casi 400 km lejos de tu hogar.

_Está bien. En una de las cajas en el asiento trasero hay mantas. Creo que es la mediana a la derecha. Toma alguna. Te despertaré antes de llegar.

Siguiendo su consejo, busqué en las cajas de la parte trasera y encontré una manta rosada con lunas. ''Rosa y lunas''. Me estremecí. Fue pura casualidad, pero eso no dejaba de ser algo inquietante. Desde que nací tengo en mi seno derecho una marca de nacimiento rosada en forma de luna creciente. Nadie en mi familia sabe el origen de esto. Todos pensamos que es pura casualidad. De todas formas, no me molesta mucho, ya que lo tengo en un lugar que no se ve a simple vista.

Ignorando la sensación que me provocó, me acurruqué en mi asiento, envolviéndome con la manta. Los ojos se me cerraron a los pocos minutos y en medio de mi ensoñación, pude sentir un sonido rítmico y espeluznante. Como si cientos de voces se hubiesen unido en un coro gutural. Asustada traté de abrir mis ojos pero no pude. El sonido se acercaba cada vez más y con ello solo lograba alterarme. ¿Qué estaba pasando?

_chako... ¡Ochako! -Mi hermano levantó la voz mientras me sacudía con fuerza- ¡Hey! Despierta.

Atolondrada abrí los ojos y me impactó de lleno la luz. Había estado sumida en una oscuridad total. Una para nada natural.

_ ¿Estás bien? -Me preguntó mi hermano-Pareces...no lo sé. ¿Asustada?

Con una sonrisa de medio lado negué.

_Solo fue un mal sueño-Dije tanto para él como para mí. Se había sentido extrañamente real-Tantos días sin dormir y el estrés deben haberme pasado factura.

Mirio sonrió y sacó una chocolatina de la guantera. Me la pasó, mientras tomaba un chicle para él y me señalaba un cartel: ''Bienvenidos a Demon''.

Bien. Dentro de poco iba a conocer mi nuevo hogar. Ansiosa devoré el chocolate en pocos segundos y me senté erguida en el asiento para no perder detalle. Minutos después entrábamos a Demon.

Destino de Sangre - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora