Capítulo 5: ¿Qué soy qué...?

89 7 0
                                    

Ochako... ¡Ochako! ¿Qué demonios estas haciendo? ¿Estás loca? Sí. Creo que te has vuelto loca. ¿Quién en su sano juicio seguiría a un desconocido por intrincados callejones? Yo, por supuesto. La Reina del Masoquismo. Bufé.

Desde que Bakugo me llamó y pidió que lo siguiera, instintivamente y sin miedo alguno, lo hice. Y ahora me encontraba metida en Dios sabe dónde, en un pueblo donde apenas llevaba 48 horas.

Y para rematar, siguiendo a un desconocido del que no sabía sus verdaderas intenciones y que podía picarme en trocitos en cualquier momento y venderme a una empresa china de comida para perros. Un desconocido muy apuesto, pero desconocido, al fin y al cabo.

Le observé la ancha espalda que apenas lograba disimular el apretado uniforme, y me sonrojé. Bakugo lideraba la marcha sin hablar y sin mirarme, y siendo sincera, creo que lo seguí por curiosidad más que por nada. ¿Qué asunto podría tener conmigo una persona que apenas acababa de conocerme?

Finalmente, llegamos a un callejón sin salida y se detuvo en seco. Apreté el aza de mi mochila con tensión a la espera de lo que iba a decir o hacer.

Lentamente se giró hacia mí y sus ojos rojos se clavaron con dureza. Me percaté rápidamente de que esto había sido una muy mala idea.

Con una fuerza descomunal me tomó por los hombros y me puso a espaldas de la pared. Lo miré asustada.

Rápidamente y sin darme tiempo a reaccionar, abrió mi blusa en un segundo, haciendo que un botón saltara por los aires. Los ojos se me ampliaron de la sorpresa.

_ ¿Q-Q-Qué e-estás ha-ha-ciendo? - Pregunté con las lágrimas a flor de piel. Vine por curiosa y me metí en la boca del lobo. Esto no es lo que esperaba.

Me miró el pecho sin disimulo y me abrió aún más la blusa. Hoy más que nunca me arrepentí de mi sujetador blanco con fresitas. Tal vez, el diseño infantil le quitara emoción al momento y desistiera de lo que estaba intentando hacer. Me mordí la boca por dentro.

Su vista viajó a un punto específico de mi pecho y frunció el ceño. Sus ojos se enfocaron en los míos y me percaté de que no me estaba observando con lujuria. Más bien, era como si estuviese buscando algo. Lentamente me soltó y dio un paso atrás desconcertándome aún más. ¿Cuál era su maldita intención?

Enojada, tomé la mochila en un ataque de histeria y la abrí, lanzándole el primer libro que ví. Era uno bien gordo, de carátula gruesa. Lo esquivó con facilidad y me miró con sorpresa. Tomé otro en la mano dispuesta a lanzárselo, cuando levantó las suyas en señal de rendición.

_No es lo que piensas cara redonda-Comentó con tranquilidad.

¿Cara qué? Le lancé el libro. Esta vez le di en la rodilla e hizo una mueca de dolor.

_ ¿Estás loca? -Rugió enojado llevándose la mano a la zona afectada.

Lo amenacé con ''Matemáticas V''.

_Tienes 10 segundos para darme una explicación coherente o prometo lanzarte todo lo que me queda.

Sin dejar de mirarme a los ojos, dio un suspiro de resignación y comenzó a desabotonarse el uniforme. Espera. ¿QUÉ?

_ ¿Qué estás haciendo? -Cargué la mano hacia detrás dispuesta a lanzar mi nueva arma mortal si decidía quedarse desnudo o algo. Aunque bien podría apreciarlo un poco antes de pegarle. ¡Ochako!

_Es más fácil si lo ves por ti misma.

Lentamente se quitó la corbata y finalmente la camisa. Madre mía. Podía vivir en su pecho si así lo deseaba. Era enorme. Mi vista viajó haciendo un recorrido por su marcado abdomen, brazos, pectorales...Espera. ¿Qué era eso?

Destino de Sangre - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora