Mi vida era bastante aburrida hasta que conocí a un ser que la cambió para siempre.
¿Que si me enamoré de él? por supuesto ¿quién no lo haría?
Pero a veces me pregunto si hacerlo fué lo correcto, era un amor imposible.
¿Por qué? Porque él era un f...
Felix estaba confundido, Hyunjin había actuado de una manera extraña y el comenzaba a sentir dolor de nuevo. Tenía que alejarse por un tiempo para que Hyunjin despejara esas ideas raras de su cabeza, hacía días notaba algo distinto en él, mostraba más atención y en cuanto el intentaba alejarse Hyunjin le buscaba más. Hyunjin no era igual a Bangchan, pero él era un fantasma y no podía corresponder lo que Hyunjin empezaba a sentir.
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Diciembre comenzó y las calles parisinas se llenaron de luces y adornos navideños. Por mi parte nunca fuí de celebrar la navidad como tal, no porque no quisiera sino porque en Corea no era una fecha a la que se le tomara demasiada importancia, aunque regularmente acudía a la iglesia para escuchar los villancicos del coro porque me gustaban mucho.
Pero París me hizo enamorarme de la navidad y querer pasar todas las navidades en ella, el chocolate caliente era dulce y acompañado con deliciosos postes eran un sueño para mí.
Hacía mucho frío y la nieve llenaba las calles y los techos de las viviendas, aún así había un mercado enorme con todo tipo de cosas y comida a la venta, para ser franco quería tomar todo lo que vendían allí.
Una noche antes de navidad visité una pista de hielo, no para intentar patinar si no solamente para observar a las personas que disfrutaban de ella; pensé en él, llevaba días sin verle y le extrañaba, seguro a él le encantaría patinar en esa pista o incluso pudo haberlo hecho antes.
De regreso seguía maravillado por todas las luces y adornos que alumbraban la cuidad nocturna, grandes carruseles llevaban a niños que no dejaban de saludar una y otra vez a sus padres en cuanto les veían mientras daban vueltas en el juego mecánico.
Había comprado una cena deliciosa y tenía muchas ansias de llegar a casa para poder tomar un baño caliente y después cenar. En cuanto llegué al edificio, Anne (así se llamaba la chica recepcionista que peleaba por su pizza cuando la conocí) me invitó a cenar con sus amigos para pasar una agradable noche navideña cien por ciento parisina.
Lo pensé mucho y después de que ella me insistiera decidí aceptar, habíamos quedado de vernos en la entrada una hora después así que corrí a mi apartamento para tomar una ducha rápida y guardar lo que iba a ser mi cena.
Al entrar sentí una horrible sensación recorrer mi cuerpo junto con un escalofrío que se implantó en mi nuca haciendome sentir nervioso.
Caminé hacia la cocina pero no ví a nadie, dejé la bolsa con comida en ella y seguí caminando con cuidado, mi corazón se sentía extraño y comenzaba a acelerarse. Llegué a mi habitación y en cuanto le ví pensé lo peor y estuve a punto de llorar.
Felix estaba tumbado en el suelo abrazando sus pequeñas piernas, temblaba de manera incontrolable con sus ojos cerrados mientras se repetía a sí mismo “todo está bien”. Me tumbé en el suelo y me acerqué a él preocupado.
—Felix, Felix calma.
—Hyunjin me duele, duele mucho.— dijo titubeante.
—¿Dónde duele Lix? ¿tu pecho de nuevo?
Era la primera vez que le llamaba así, pensé que diría algo al respecto pero se limitó a asentir con la cabeza mientras seguía quejándose del dolor.
—¿Cómo puedo ayudarte? No soporto seguir viéndote así.
—Solo quédate conmigo por favor, no quiero estar solo.
—De acuerdo estaré aquí todo el tiempo que quieras.— dije acostándome dejando nuestros rostros cerca para que pudiera verme y yo a él.
Felix no dejaba de soltar pequeños quejidos mientras mantenía sus manos en el pecho. Sus ojos seguían cerrados, pero ya había dejado de temblar y se le veía más calmado.
El tiempo pasó y mi teléfono vibró en mi bolsillo, Anne me había mandado un mensaje diciéndome que me esperaba en la entrada. Yo olvidé por completo que había aceptado esa invitación y le escribí rápidamente disculpándome porque no podía ir debido a un imprevisto, dos minutos después otra notificación llegó.
“¿Está todo bien?”
Miré a Felix antes de responder, quizás Anne sabía algo sobre él. Tecleé que todo estaba en orden y me despedí diciendo que esperaba que disfrutará de su cena y deseándole una feliz navidad.
Volví a prestar atención al chico que tenía frente a mí, se veía tan aterrado e indefenso. Su labio superior temblaba ligeramente y sus quejidos se escuchaban cada vez menos.
Mi mano intentó acariciar su mejilla y aunque quizás no me era posible el sentir su toque, quería que supiera que estaba allí para él y que nunca más estaría solo. Me mantuve así por mucho tiempo, fingiendo acariciar su rostro con suavidad; recordé lo que había dicho Minho días atrás y lo maldije en mi mente porque me había dado cuenta de que estaba perdidamente enamorado de Felix, tal y cómo el lo había supuesto.
Mis pensamientos se detuvieron en seco cuando ví a Felix abrir los ojos, sabía que no dormía pero que me observara hizo que alejara mi mano casi al momento. Para mí sorpresa una sonrisa apareció en su rostro y me miró directamente con esos ojos brillantes que me hacían suspirar como un adolescente.
—Puedes seguir haciendo eso, sólo por hoy. Es en agradecimiento por haberte quedado conmigo.
—De acuerdo.— dije apenado. Miré la hora en mi celular, las 12:38. Ya era navidad.
—Felix, ya pasa de la media noche. Feliz navidad.
—Feliz navidad Hyunjin, gracias por quedarte conmigo.— dijo volviendo a cerrar los ojos de nuevo.
“Es un placer” dije por mis adentros.
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El sueño finalmente me venció y desperté cerca de las siete de la mañana, Felix seguía a mi lado con los ojos abiertos mirando hacia el techo perdidamente.
—Hola ¿has dormido bien?
—Si, por supuesto que sí.
—Mientes, dormiste en el frío suelo sin una almohada siquiera.
—Pues no lo sé, yo me siento excelente.
Después de unos segundos en silencio volví a hablar.
—Felix... que sucedió ayer ¿aún no sabes porque ocurre?
—No, me asusta un poco el no saber la razón, todos los años y el mismo mes se repite el dolor, pero nunca había sido tan intenso como ahora.
—¿Hay alguna manera de solucionarlo? Puedo ir con un chamán o algo así que sea de ayuda.
—Hyunjin los chamanes solo son unos estafadores, no pierdas tiempo y dinero en eso.
—Felix quiero poder entenderte y ayudarte, déjame hacerlo.
—Un chamán no va a contarte mi vida como lo haría yo mismo.