Mi vida era bastante aburrida hasta que conocí a un ser que la cambió para siempre.
¿Que si me enamoré de él? por supuesto ¿quién no lo haría?
Pero a veces me pregunto si hacerlo fué lo correcto, era un amor imposible.
¿Por qué? Porque él era un f...
El chico estaba a punto de salir de la habitación y entonces recordé que yo no le había dicho mi nombre.
-Attendre, je ne t'ai pas dit mon nom.
[-Espera, no te he dicho mi nombre.]
-C'est vrai, c'est lequel?
[-Es verdad, ¿cuál es?]
-Hwang Hyunjin.
-A pesar de que no nos conocimos de la mejor manera, espero y tu estadía aquí sea buena Hyunjin.
-Gracias nuevamente Felix, es un gusto conocerte.
-Vous êtes souvenu de mon nom.
[-Recordaste mi nombre.]
-Por supuesto.
-Bonne nuit Hyunjin.- dijo despidiéndose y cerrando la puerta.
[-Buenas noches Hyunjin.]
-Bonne nuit Félix. - dije en voz baja mientras me dejaba caer en la cama suave.
[-Buenas noches Felix.]
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Habían pasado cinco días desde aquella noche, a veces olvidaba que Felix estaba allí y me hacía pegar un grito en cuanto lo veía o le escuchaba llamarme, pero me estaba acostumbrando a su presencia.
No podía negar que me causaba cierta curiosidad el cómo había terminado muriendo en el apartamento, seamos sinceros ¿a quién no le causaría curiosidad?
Obviamente no le preguntaría nunca sobre eso, no era tan hijo de puta. A veces sentía pena por él, por las noches se acercaba a la ventana que daba hacia la carretera y se quedaba allí, observando. Juro que en más de una ocasión lo escuché sollozar, pero recordaba el hecho de que no podía sentir y solo era una acción involuntaria que aún quedaba en su memoria... ¿los fantasmas tienen memoria?
En cuanto a mí, había salido varias veces a tomar fotografías y visitar lugares para comprar algunos víveres. No obstante mi cabeza estaba echa un lío por lo que me encontraba en un bloqueo artístico, no sabía que pintar, incluso le llamé a Minho para contarle que no tenía ni puta idea de que pintar y ya llevaba 5 días en París.
—Minho estoy jodido, he gastado en el viaje y no he tenido nada de inspiración.
—Mr.dramas, ¡por una vez en tu vida deja de ser tan nervioso!— gritó.
Yo alejé el teléfono de mi oído, su voz era tan fuerte que sentía que me perforaría el tímpano.
—¡Es en serio! necesito pintar algo pronto, llevo 3 días seguidos en los que solo me siento frente al lienzo y no doy una sola pincelada.
