Spreen juraba que no estaba loco, que el chico que siempre veía por su ventana cuando trataba de dormir no era parte de su imaginación.
Sus padres le decian que era un simple amigo imaginario que el mismo creaba, pero el confiaba 100% que no estaba loco.
El de verdad existe, y no solo en su mente o eso el creía.
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01:00 a.m
Ahí se encontraba Spreen, mirando la ventana de su habitación, esperándolo.
Habían veces en las que no podía dormir, y él siempre le ayudaba en eso. Hablando de cosas absurdas o simplemente contando ovejas.
ーVolviste.ーLe dijo el menor de edad al verlo ahí parado. La noche era fría, así que lo invito de nuevo adentro de su habitación.
Este trepó hasta su ventana, y recibió un abrazo del contrario.ーTe dije que vendrías todas las noches en las que tu no puedas dormir, y que te ayudaría.
Le respondió el albino, sus labios estaban algo morados y su ropa cada vez se veía más gastada.
ー¿Hacía mucho frío afuera?.ーLe preguntó el pelinegro, guiando al de baja estatura a su cama.
ーNi te imaginas, hasta no siento mis pies.ーRespondió ahora el niño que se hacía llamar Conter, tambaleando sus pies pequeños en el aire.
Estuvieron un tiempo hablando, Spreen le contaba su día a Conter, este lo escuchaba atentamente. Parecía tener una infancia muy hermosa, no muy parecida a la de él.
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03:00 a.m
A Spreen le estaba dando un poco de sueño, pero eso no le impedía hablar.
