twenty two .3

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los cuatro cuerpos que hace unas horas estaban apilados detrás de las gradas ahora se encontraban tirados en el sillón de la casa na, disfrutando de la ausencia de los padres de jaemin .

—jaemin ¿sabías que te pareces a una mandragora?

—y tu te pareces a dobby el elfo doméstico, haechan.

todos se miraron entre si y volvieron a reír, prestaron atención a harry potter en la televisión. sólo se escuchaban los ronquidos de lucas, quien se había dormido porque según el, jamás había visto película tan aburrida.

casi cerca del final y el sol dejando de alumbrar la sala, haechan y renjun jugaban con la cara de lucas, poniendo dulces y apilando cosas sobre el pobre chico. hasta que el timbre sonó y alertó a los cuatro.

—yo no voy.

—jaemin, es tu casa. —dijo renjun.

—que yo no voy. —jaemin abrazó más el almohadon y se dejó tragar por el sillón.

haechan suspiró y saltó el respaldo, abrió la puerta y casi se cae de culo.

—¡RATA PEQUEÑA, TE BUSCAN!

todos se dieron la vuelta pero no pudieron ver a quien se encontraba detrás de la puerta.

—espero que no estés refiriéndote a mi. —dijo jaemin, quien volvió a darse la vuelta para prestar atención a la película.

—pero claro que me estoy refiriendo a ti.

jaemin suspiró y acomodó su ropa de entre casa, se refrego los ojos y peino su cabello hacía atrás. al llegar a la puerta se encontró con la figura elegante de aquel empresario que tanto le encantaba. observó desde sus pies con zapatos que seguro costaban más que su casa, seguido de unos pantalones y una camisa con un abrigo, su cabello bien peinado además de unas lindas gafas que hacían que se viera extremadamente tierno. jeno tenía sus manos detras de su espalda.

un gran escalofrío recorrió todo el cuerpo de jaemin, se acercó un poco más y entrecerro la puerta detras suyo.

—¿qué hace aquí? —preguntó, tragó y mordió el interior de su mejilla, no quería sonreír y demostrarle que jamás iba a superarlo. se sentía como si hubiera pasado una eternidad desde que lo había visto, una eternidad desde que esa misma mañana había dicho que debería intentar vivir sin jeno en su vida. se sentía una eternidad desde que había decidido dejarlo ir.

serim sonrió. la voz de seongmin hizo que su corazón diera un gran vuelco.

—bueno, pasaba por aquí cerca. —su voz tembló y sonrió, su piel pálida rapidamente tomó color como si hubiera estado bajo el sol, comenzó a balancearse sobre sus pies. jamás había sido bueno para mentir. —quise ver como estabas.

—¿como estoy? bien supongo, te invitaría a pasar pero están mis...amigos adentro. —jaemin juntó sus manitas a causa de los nervios.

—ah si, ya los vi. —jeno río y sus ojos viajaron hacia la ventana vertical que había al lado de la puerta.

estaban los tres chicos, con las cabezas pegadas al vidrio, saludaron con sus manos y grandes sonrisas. luego se pudo ver como haechan empujaba la cara de lucas contra el vidrio, riendo y haciendo escándalo. jaemin se dio la vuelta golpeando su frente con la palma de la mano, tenían un total de cero neuronas.

—yo en realidad. —jeno aclaró su garganta y saco sus manos detras de la espalda dejando ver una caja ancha y baja, de color negro. tenía el logo de alguna marca que jaemin no pudo reconocer. —esto es para ti, quiero que la uses está noche.

desearás al hombre de tu hermana. ★!! nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora