Me permití sentir y fue hermoso.
Hermoso, cuando creía que aún tenía un sitio en tu vida
Y te esfumaste, como el tiempo,
como arena entre los dedos;
dejando como regalo,
esas palabras clavadas como puñales.Y así, sin lección alguna,
tuve que aprender a decir adiós.
Porque, donde no te quieren,
sobras.