Me recuerdas a la magia del atardecer.
Cuando el Sol cae,
cuando comienza la magia.
Y allí, en lo alto de la montaña,
mi cuerpo grita, lo que mis labios callan.Que te quiero,
que por ti, alcanzaría el cielo.
Que tus labios me hacen presa
y que tu ausencia es mi tormenta.
Que te quiero,
como pocos saben describir
y como solo unos afortunados,
saben sentir.