En Parejas De Dos

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La cabalgata es algo romántico desde cierta perspectiva y circunstancia.

Solo pensar en la escena del chico sujetando las correas de su amigo corcel, con la chica detrás de el abrazandolo, yendo hacia el horizonte con el atardecer sobre ellos, pasando sobre los árboles y disfrutando del paisaje, la cascada por la que cruzaron, el sencillo pero reconfortante sonido del agua cayendo más la vista que les dió, les hizo sentir la emoción en sus corazones.

Adam Bennet y Elizabeth Jane. Dos jóvenes enamorados que no pueden pensar en nadie más que ellos.

-Esto y más nos espera de ahora en adelante. -Dijo Adam con la mirada llena de orgullo-. Solo aventuras y romance.

Siguieron el camino del río.
Ya estaban muy lejos de su reino.
Dos días de viaje para llegar a la zona indicada. Recién llegados al negocio, pero bien preparados.
Detrás de ella había una mochila con las provisiones suficientes para cuatro días para dos personas.
Si tenían suerte encontrarían a su presa antes de tiempo y regresarían a casa más pronto de lo planeado.

-Oye, ¿estas seguro que con estás provisiones tendremos suficiente? -Pregunto Elizabeth asomando la cabeza-. Quizás tome más tiempo y ya nos gastamos la mitad.

-Descuida, siempre podemos cazar. Y el rio es agua dulce por lo que es una cosa menos de la que preocuparnos.

-Tendremos que acostumbrarnos a comer en la naturaleza. Digo, por mi no hay tanto problema, pero para ti...

-Eso suena algo ofensivo. Yo sé cómo sobrevivir aquí afuera.

-No quise ofender, perdón amor.

-Me acostumbraré a esto. Ten por seguro que así será.

La noche estaba por caer. Cada vez más se nota la oscuridad que la luz del sol.

-Es hora de buscar un refugio. -Dijo Elizabeth-. Revisé el mapa, podemos encontrar un campamento oculto pasando un estanque cerca de un terreno con pocos árboles.

-Ya falta poco entonces. -Menciono Adam haciendo cruzar a su caballo por el río-. Perdon amigo, espero no te enojes.

La chica le miro raro por eso, pero se limito a solo mirar y no decir nada hiriente.

-Creo que veo el estanque. -Señalo Elizabeth-. Ve a la izquierda desde aquí hasta encontrar una barrera de flores.

-Entendido.

No paso mucho hasta que llegaron.
Una barrera circular con las flores venenosas al exterior y las de antídoto al interior. Muy espacioso para un grupo de cinco y para los caballos.
Ahí ya estaba la fogata colocada, apagada obviamente, y alrededor con varios asientos de madera.

Cruzaron y comieron una flor, luego Adam le dió a su caballo una para que no muera. Desmontaron y mientras Adam amarra a su amigo Elizabeth observa el lugar.

-Mira, alguien ya pasó por aquí. Hay varias ollas para cocinar. -Le señaló-. Dejaron esto para los demás.

-Recuerdo que mis padres me dijeron algo así. -Adam se acercó y comenzó a acomodar la fogata; trozos de madera y hojas secas-. Que en los campamentos encontraremos cosas como estás. Una ayuda de los demás compañeros cazadores.

-Bien, así son menos cosas de las que preocuparnos. -Elizabeth comenzó a sacar chispas con su lanza y una roca del suelo-. Así podemos comer y descansar sin tanto problema.

Finalmente el fuego prendió.
Adam se desprendió de sus dos espadas cortas que cuelgan de su espalda y Elizabeth dejo su lanza sencilla en el suelo.

-¿Quieres comer? -Le pregunto Adam cortés-. Yo en realidad no tengo hambre.

-Yo tampoco. Comimos bien antes de continuar. Pero podríamos preparar té, me canse del agua.

Desesperados: Por un viejo ideal (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora