Que gran sensación el despertar por la mañana en un día libre.
Y ojalá ese fuera el caso el día de hoy, pero hay que levantarse temprano para ir al trabajo.Así lo hace Tae.
Que mañana más tranquila.Se limpia el cuerpo en el baño, se pone la ropa limpia, los anteojos, zapatos cálidos, prepara la comida para el día.
Todo con una calma y serenidad sorprendente, pero bien ordenado y premeditado.Al terminar sus deberes, además de su comida, se dirige al trabajo. No sin antes empacar unas cuantas frutas en su bolso.
Se fue caminando con tranquilidad, aún hay tiempo para llegar temprano.
Come una manzana mientras se dirige al lugar.
La gran biblioteca. Una muy necesaria para la gente. Naturalmente debe estar bien ordenada, con cientos de ejemplares.
Colocada enfrente de una universidad para facilitar el acceso a información a los estudiantes.Al llegar en el turno de la mañana le tocó lo habitual, barrer el piso, trapear, mantener una imagen ordenada de la recepción.
Cuando termina y todo está en orden finalmente abren.
Uno diría que por ser una biblioteca estaría vacía, pero es todo lo contrario ya que todos los días siempre viene gente, ya sean estudiantes, maestros, científicos o simples personas que buscan algo para leer.Cuando no está limpiando el polvo, de alguna forma siempre encuentra tiempo para leer un libro.
El día de hoy eso no es tan importante para ella.
En cuanto terminó su turno fue a casa tranquilamente.No había nadie para recibirla, pero eso no la ponía triste. Sin duda es acogedor. En la pared tiene muchos cuadros con imágenes y paisajes de un país del este.
Hechos al pedido de su difunto padre.Después de descansar un momento espero en el sofá leyendo un libro como es costumbre.
Sus pies al descubierto y sin ninguna preocupación tan grande.
Que buena vida.De improvisto llegó Bell. El tiene su propia llave, por lo que no le extraño tanto que llegara y entrará.
Ella inmediatamente se levanta a recibirlo con un abrazo.—¡Hola! Llegaste más rápido de lo que pensé.
Se van a sentar al sofá.
—¿Que tal te fue en tu cacería?
—Acabe rápido.
—Gracias a Dios. ¿Que presa mataste?
—Fui por una manada de Canes Infectados.
—¿Esas cosas son...? —Espero que ella le dijera.
—Perros enormes, de mi tamaño, negros y garras enormes. Trataron de emboscarme justo al amanecer, así que no perdí tiempo tratando de buscarlos.
—Oye, espera. ¿Cómo es que fuiste a cazar sin una espada?
—Use mis manos.
—¿Hablas en serio?
—Si.
—Bueno... — Estaba impresionada y un poco asustada, pero luego recordó la gema nucleo que lleva y se logró calmar—. Que bien que todo salió bien. —Cambio de tema—. Voy a hacer de comer. ¿Que se te antoja?
—Algo rápido.
—Bueno, tengo pan fresco y unos cuantos condimentos. —Se levanta y se acerca a la puerta de la cocina—. ¿Te parece bien si hago sandwiches?
El solo suelta un gruñido de aprobación.
Ella va a hacer la comida.Mientras tanto, Bell se la paso acomodando, limpiando el polvo, ordenando el enorme librero que tiene ella.
Terminó de preparar todo, entonces van al comedor a degustar.
Le deja su plato en la mesa y se sientan frente a frente.
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Desesperados: Por un viejo ideal (Primera Versión)
FantasíaEl misterio que él intentó dejar atrás saldrá a la luz, y entonces caerá el peso de todos los errores cometidos. Adam, Elizabeth, Bell, Tae, Alice, Daniel y Nathan aprenderán esto de una mala forma. Una que les costará la unión que forjaron en años...