Fuerza Superior

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Todo un grupo muy animado aquel que canta en el bosque.
Las cuatro mujeres bailan con su pareja, los hombres cantan y tocan sus instrumentos, comen y beben como si no hubiera un mañana.

-¡Hay que disfrutar el momento!

Un hombre exclamó, y los demás le siguieron el grito muy animados.
A la luz de la luna, con el fuego de las fogatas iluminando sus rostros, sonrien y comparten memorias.

-¡Que sepan que nuestra banda es la mejor!

-¡¡ESO ES!! ¡Ellos no nos detuvieron!

Todos siguieron gritando.
Celebrando un acto de violencia.

-¡Con el dinero del banco podremos sobrevivir unas semanas!

A lo lejos un hombre observa. Un guardia, el cual ansiaba dejar su posición para unirse a ellos y beber junto a sus hermanos.
Pero el deber de vigilar y proteger a su familia le hizo permanecer en su posición y seguir atento.

-Amigos, no sé olviden de dejar un poco de bebida para mañana. Seria horrible despertar con la boca seca y no tener nada para saciarse.

-Claro que si, camaradas.

Mientras ellos siguen bailando y platicando, sin ninguna preocupación de nada, un hombre moribundo se acercó a ellos.

Al notarlo todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se reunieron para verlo. Era su amigo vigilante.

Que cambio tan brusco del ambiente.

-El... -El hombre, adolorido, intenta hablar-. Es un monstruo...

Cae al suelo de espaldas.
Entonces pudieron ver lo que pasa.
El tiene una camisa blanca, pero ahora está manchada de sangre por toda la espalda.
Se arrastra por el suelo intentando alcanzarlos.

-¿Que te paso? -Habla el líder barbon-. Sus armas.

Todos tomaron sus espadas, algunos sacaron un arco y analizaron cada lugar a su alrededor.

-Hay que ayudarlo. No lo dejen ahí. -Dice una mujer.

Un hombre se intentó acercar con cuidado. El silencio y viento frio le cubrió todo el cuerpo hasta tensarse hasta el miedo.
No por el propio viento, si no por un sonido antinatural.
Se detuvo a mitad de camino.

-A-ayudenme... -Suplico moribundo.

-¿Porque te detienes? -Pregunto el jefe-. Ve y ayúdalo.

-Hay algo que está mal...

Y cuando el hombre se voltea a hablarles, otro hombre con un traje negro cae de un árbol en perfecto estado.
Se levanta con un aura muy intimidante y un rostro sin miedo, al contrario, el era la causa del pánico.

Todos retrocedieron y apuntaron sus armas a el.

-Mi nombre es Nathan Hayha. El hombre que da paso a la paz.

-¿Quien rayos eres? -Exije repuesta el jefe.

Nathan lo ignora y se acerca al hombre moribundo. Saca su espada y le apunta al cuello.

-No... -El hombre ensangrentado intenta hablar con una voz muy frágil-. De-dejame vivir... No quiero... Yo.

Le clavo la espada en la frente sin dudarlo.

-Muy bien. -Limpia la sangre del metal-. Ustedes serán los siguientes.

-Te conozco. -Habla el jefe-. Eres un Bendecido. Uno de esos que matan sin pensarlo dos veces.

-Eso no es del todo cierto. -Se acerca a ellos-. Solo a la gente que se lo merece.

-¿Y como es que decides eso? -Le desafío dando un paso adelante.

Desesperados: Por un viejo ideal (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora