𝗳𝗼𝘂𝗿 . house

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— Vamos. ¡Abre, maldita sea!

Purple se sintió más calmado cuando se bajó de la carreta y dejó de tener la mirada penetrante de aquel burdo soldado sobre él.

Ahora estaba frente a la casa de Blue, tocando la puerta.

El joven tenía dudas con respecto a los libros; y conocía a alguien que podía tenerlos. Obviamente también le contaría absolutamente todo lo que había pasado. Purple se sintió interesante por primera vez en la vida.

La puerta se abrió con un chirrido suave, y apareció Blue tras él. Llevaba una camisa arremangada hasta sus codos, tenía expresión cansada y su cabello desordenado. — Hola Blue, ¿Está Yellow? — preguntó Purple, omitiendo alguna opinión sobre su aspecto.

— Hola... — meditó y continuó — Eh... sí, está adentro. Vamos, entra — abrió un poco más la puerta y dejó entrar a Purple.

Purple se estremeció cuando cruzó la puerta; por algún extraño motivo, la casa de Blue (y Yellow) le brindaba una calidez curiosa cada vez que los visitaba.

En los sillones estaba Green golpeando violentamente sus rodillas en una estruendosa melodía que acompañaba los alaridos de Red que decía frases cualquiera.

Green, al notar la presencia de Purple, alzó la mano y soltó un saludo soso; Red también lo saludó.

— ¿Qué pasó? — preguntó, tratando de entrar en ambiente.

— Estaba convenciendo a Red de que la música no es solo cantar estupideces y que alguien lo acompañe — aclaró su ronca voz antes de continuar — Así que, mi estimado y querido Red, ¿ahora sí me crees?

— Agh, está bien. — Volteó los ojos algo enervado.

— ¿Y Yellow? — preguntó al aire, Purple, esperando a que alguien le respondiera.

— Está en la cocina — contestó Blue, que ahora se hallaba sentado en el sofá limpiándose su frente brillante por el sudor — Ahora vuelve...

Parecía realmente cansado, Purple se incomodó un poco.

— ¿Estuviste en el campo? — preguntó Purple.

— Sí... — jadeó el joven, retorciéndose en el sofá.

Yellow apareció repentinamente con un vaso de agua, se dirigió al lado de Blue, se sentó y le dio el vaso. Blue inmediatamente se lo bebió, tan desesperado estaba que unas cuantas gotas chorrearon por sus labios y salpicaron su camisa raída.

— Ya es el quinto vaso... ¡Por el amor a…! — Yellow retorció sus dedos alrededor de la cabeza de Blue, como si quisiera sacudirla violentamente — Tómatelo con calma — gruñó, y se sentó al lado del muchacho.

Purple se dejó caer en un sofá cercano libre; se inclinó sobre su cuerpo y los observó a todos. El pecho de Blue subía y bajaba con cansancio y respiraba agitadamente; Yellow estaba recostado a su lado con los brazos cruzados evitando su mirada. Green y Red parecían mantener una muy agradable conversación, ajenos a la tensión en el ambiente.

Yellow carraspeó con incomodidad antes de hablar.

— ¡Hablemos de cosas serias! — dijo con obvio entusiasmo. Blue se sobresaltó ante el grito.

— ¿Impuestos? — dijo Red con voz rasposa.

— Sí, tal vez más tarde... — Yellow sacudió su cabeza — tal vez ahora sí nos puedan explicar qué hacen aquí... los tres — añadió ante la mirada confundida de sus interlocutores.

loyal | 𝗮𝗹𝗮𝗻 𝗯𝗲𝗰𝗸𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora