—Entonces... —dijo Hoseok, para incitarme a hablar de vuelta a casa. Apoyé la frente en el frío vidrio de la ventana y me negué a mirarlo. Casi no había dicho nada desde que salimos del hospital—. ¿Qué le has dicho?
—Cosas —respondí vagamente.
—Vamos, en serio —dijo para presionarme—. ¿Qué ha sucedido?
—He intentado hablar con ella pero se ha alterado. —Suspiré—. Me ha dicho que yo era un monstruo, ya sabes, lo de siempre.
—Ni siquiera sé por qué te has empeñado en venir a verla, es una persona horrible.
—Oh, no, no es tan mala. —Mi aliento empañó la ventana y comencé a dibujar estrellas sobre el vapor—. Está muy preocupada por ti, le da miedo que te haga daño.
—Esa mujer está loca —agregó Hoseok en tono burlón—. Y eso se hizo oficial desde que entró a vivir en ese hospital, pero... no debes escucharla, Kihyun. No irás a permitir que lo que dice te afecte, ¿verdad?—No —mentí. Estiré de la manga hasta cubrir mi mano y borré los dibujos que había hecho en la ventana; luego me enderecé—. ¿Cómo lo sabes?
—¿El qué?
—Que está loca, que... no soy un monstruo. —Lleno de nerviosismo, jugueteé con el anillo que llevaba en el pulgar y observé a Hoseok sacudir la cabeza—. No, en serio, ¿y si resulta que soy malo?
Hoseok encendió las intermitentes y aparcó el coche en el arcén de la carretera. La lluvia golpeaba en las ventanillas mientras los otros coches no dejaban de pasar a toda velocidad. Me miró fijamente y puso el brazo encima de mi asiento.
—Lee Kihyun, no hay nada de malo en ti. Nada —dijo, con un énfasis solemne—. Esa mujer está loca de atar. No sé por qué, pero nunca fue una madre para ti, así que no debes escucharla. No sabe lo que dice.
—Piénsalo bien, Hoseok —insistí—. Me han expulsado de todas las escuelas en las que he estado. Soy indisciplinado, quejumbroso, necio y perezoso. Sé perfectamente que a ti y a Minseol les cuesta mucho trabajo educarme.
—Pero eso no significa que seas malo. Es que tuviste una infancia verdaderamente dramática, y sí, tienes razón, todavía has de mejorar en algunos aspectos, pero no eres malo —dijo Hoseok con obstinación —. Eres un adolescente temperamental que no le teme a nada, eso es todo.
—Pero en algún momento eso tendrá que dejar de ser una excusa. ok, trató de matarme, pero ahora debo asumir la responsabilidad por lo que soy como persona.
—¡Y lo estás logrando! —dijo Hoseok con una sonrisa—. Desde que nos mudamos aquí has obtenido progresos. Tus notas han mejorado y estás haciendo amigos; y a pesar de que eso me incomoda un poco, sé que es bueno para ti. Estás creciendo, Kihyun, estarás bien.
—De acuerdo. —Asentí con la cabeza, incapaz de presentar un argumento sólido.
—Sé que a veces no te lo digo, pero estoy muy orgulloso de ti y te quiero. —Se inclinó para besarme en la cabeza. No lo había hecho desde que era pequeño y me produjo algo de agitación. Cerré los ojos, negándome a llorar. Él se enderezó en su asiento y me miró serio—. ¿Lo has entendido? ¿Te sientes mejor ahora?
—Sí, estoy bien —respondí con una sonrisa forzada.
—Bueno. —Después de aquello, Hoseok se incorporó a la carretera y continuó el recorrido a casa.
A pesar del gran inconveniente que siempre había representado para Hoseok y para Minseol, sabía que si me iba les rompería el corazón. Aun cuando irme con HyunWoo representara la promesa de una vida mejor, los lastimaría demasiado. Marcharme significaría poner mis necesidades por encima de las de ellos, mientras que permanecer allí sería sacrificarme por la gente a la que amaba.
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1. Journey - SHOWKI
Fantasía¿Qué pasaría si todo tu mundo estuviera construido sobre una mentira? Cuando Lee Kihyun tenía seis años su madre intentó matarlo, convencida de que era un monstruo. Once años después, Kihyun descubre que quizá su madre tenía razón... Co...