Extra.- El ataque Vitt. Cap. 1

37 4 2
                                    


HyungWon se reclinó y apoyó la cabeza en el asiento: era demasiado temprano para ese tipo de trabajo, y convenció a Jen y Kyra de quedarse en la camioneta con el argumento de que se encargaría de conducir durante la huida.

En caso de que lograran atrapar al chico y regresaran con él, tendría que estar muy alerta para salir volando o estaría en graves problemas: no le preocupaba Jen o Kyra -pertenecía a una clase superior-, pero tenía claro que Jen no dudaría en informarle al rey de alguna falla suya.

Se quedó escuchando en su iPod el álbum de Hugo. Fue una suerte que se le ocurriera llevarlo porque en la camioneta que robaron solo encontraron música rap y por supuesto, en cuanto vio la colección de discos compactos la tiro completa por la ventana.

El auto que el rey les había proporcionado se descompuso a unos cuantos kilómetros del palacio de los Vitt, pero claro, eso era típico. HyungWon se vio entonces obligado a robar la camioneta para ponerse en camino de inmediato, porque el rey jamás les habría permitido incumplir una fecha límite. Quería al chico y lo quería ya.

Había roto la ventanilla del lado del pasajero y Kyra colocó en el hueco la gabardina negra de él para impedir que entrara el viento. Por desgracia eso no ayudaba mucho a evitar que saliera el sonido de la música, por lo que tuvo que mantener el volumen bajo para no despertar a todo el vecindario.

El reloj del tablero indicaba que eran las cinco de la mañana cuando HyungWon volteó por encima del hombro para ver la casa del chico. Se había estacionado al otro de la calle y casi a una cuadra de distancia, por lo que en realidad estaba en una posición terrible para observarla. La verdad era que eso no le preocupaba porque no tenía la intención de vigilarla; no deseaba estar involucrado en la emboscada.

El cielo había comenzado a clarear y ahora se veía más azul que negro. HyungWon no alcanzaba a ver dónde se ocultaban Jen y Kyra, y francamente no quería saber cómo hacían aquello: jamás habría soportado quedarse esperando toda la noche agazapado en la hierba húmeda, solo para secuestrar a un niñito estúpido.

A Jen le encantaba ese tipo de trabajo; lo que mas le atraía era la emoción de la cacería, detalle que nunca interesó a HyungWon. Si había algo en la vida de lo que siempre estaría agradecido, era de no ser un rastreador. La labor era tediosa y solitaria, pero más allá de eso, odiaba la idea de engañar a la gente para que regresara al palacio Vitt y se viera forzada a vivir una vida como la suya. Esas personas estarían mucho mejor en el mundo humano, alejadas del puño de hierro del rey y del totalitarismo de la sociedad trol.

Había hecho todo lo posible para no participar en el secuestro, pero el rey siempre estaba buscando una razón para matarlo, y negarse a cumplir una orden como esa le daría al monarca la justificación perfecta.

Sentado allí en la camioneta se le ocurrió que podría escapar. Ya lo había pensado antes; de hecho, lo consideraba incesantemente desde el día en que nació. La posibilidad, sin embargo, nunca la había tenido tan cerca. Estaba solo. Podría irse manejando y dejar que Jen y Kyra se ocuparan del desastre.

Sin embargo, siempre lo detenía lo mismo: ¿adónde iría? ¿Qué haría?

El rey podría rastrearlo y matarlo solo porque sí. E incluso si no lo hiciera, HyungWon no conocía a nadie en el exterior. Siempre había creído en luchar por las cosas que amaba, pero jamás amó nada lo suficiente para tratar de escapar. Por el momento no tenía ninguna opción; tendría que aguardar y obedecer al rey.

Escuchó un ruido que provenía del exterior. Fue como un grito, pero no creyó que Jen y Kyra fueran tan estúpidos como para atraer la atención de esa forma. Estaban muy conscientes de la importancia que tenía el chico para el rey y para todos los Vitt, y no se atreverían a arruinar la misión.

1. Journey - SHOWKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora