20. Renuncia

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HyunWoo llegó a la escalera y me puse en pie a toda prisa. Tal vez sólo había pasado quince minutos a solas con EunJi, pero me habían parecido una eternidad. Nara también se levantó, pero lo hizo con más calma. HyunWoo nos miró con desdén y se volvió hacia el otro lado para subir por la escalinata sin decirnos una palabra.

—¡HyunWoo! —Fui detrás de él y Nara, por su parte, huyó con gracia hacia la cocina—. ¡Espera! ¡HyunWoo! ¿Qué ha pasado?

—Nada, ha sido una simple conversación —mintió. Tuve que correr para alcanzarlo, pero ni siquiera hizo el amago de detenerse, así que finalmente lo sujeté del brazo y lo paré a media escalinata. Levantó la vista por encima del hombro para buscar a Nara con la mirada, pero se negó a mirarme—. Te dije que te alejaras de la mänsklig.

—Nara sólo me estaba haciendo compañía mientras te esperaba —le expliqué—. Podrías superarlo de una vez.

—Es muy peligroso que estés con ella. —HyunWoo volvió a encararse hacia la parte superior de la escalera, pero me miró con el rabillo del ojo—. Y también es peligroso que te acerques a mí. —No me gustaba lo más mínimo que ni siquiera me mirara: extrañaba la negrura de sus ojos.

—¿Y eso qué quiere decir? —le exigí que me explicara.
—Suéltame el brazo —me pidió.
—Sólo dime qué está pasando y te dejaré en paz —dije, negándome a soltarlo.
—Me acaban de despedir —respondió con mucho cuidado—. EunJi cree que ya no hay ninguna amenaza latente y además la he desobedecido. Debo empaquetar mis cosas y dejar el palacio lo antes posible.

Me quedé sin aliento; se estaba cumpliendo mi mayor temor: HyunWoo se tenía que ir por mi culpa. Había salido en mi defensa cuando hubiera debido defenderme yo mismo, o quizá hubiera debido quedarme callado.

—¿Cómo? —le pregunté, estupefacto—. Eso no está bien, no puedes... Llevas mucho tiempo aquí y EunJi confía en ti. No puede... ¡Es culpa mía! ¡He sido yo el que no ha querido escuchar!

—No, no es culpa tuya —insistió HyunWoo—. Tú no has hecho nada malo.

—¡Bueno, pero no puedes irte así sin más! ¡El baile es mañana y no sé nada! —Continué buscando argumentos con desesperación—. HyunWoo, no soy ni la sombra de un Príncipe, todavía tienes que ayudarme en muchísimas cosas.

—De todas maneras ya no podré ayudarte después del baile. —HyunWoo sacudió la cabeza—. De aquí en adelante tendrás un tutor que vendrá a enseñarte todo lo que necesitas saber. Además, ya estás listo para el baile, a pesar de lo que diga EunJi. Mañana te irá muy bien.

—¿Es que tú no estarás aquí?
HyunWoo se alejó de mí y dijo en voz baja:
—Ya no me necesitas.
—¡Todo esto es culpa mía! Hablaré con EunJi. No puedes irte, ella tiene que entenderlo.
—No, Kihyun, no puedes... —comenzó a decir HyunWoo, pero yo ya estaba bajando por la escalinata.
Un insoportable pánico comenzó a invadirme. HyunWoo me había forzado a abandonar a las únicas personas que me habían hecho sentir querido y yo lo había aceptado porque confiaba en él, pero ahora iba a dejarme solo con EunJi y una monarquía que no me interesaba.

Quizá Nara seguiría allí, pero sabía que sólo sería cuestión de tiempo antes de que también se deshiciera de él. Y entonces estaría más solo y marginado que nunca, y no podría soportarlo.

Mientras corría hacia el salón de EunJi, sabía que había algo más: independientemente de cómo me trataran ella o los demás, no soportaba la idea de perder a HyunWoo. La vida sin él ya no me parecía posible. El problema era no haberme dado cuenta de lo que significaba para mí hasta entonces, cuando EunJi amenazaba con alejarlo de mí para siempre.

1. Journey - SHOWKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora