Siempre se el primero en todo, él más fuerte, él más veloz, protege a los más débiles, salva toda vida. . . hace más de un año mi vida cambio por salvar a una mujer, ese camino me trajo al mayor problema de mi vida ¿Me enamoré de mi enemigo? Aunque...
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Para ser su primer beso no estuvo tan mal acercándose más a la realidad fue maravilloso, realmente se sintió en el cielo tocando las esponjosas nubes que tenía por seguro que sabrían a algodón de azúcar, aún puede sentir las vibraciones que viajan por todo su cuerpo y aún no puede creer que dejo al dueño del auto fuera de este.
— Kyojuro está es la décima vez que lo digo, abre la puerta por favor
— No!
— te juro no te haré nada por la mordida pero abre ¡Hace mucho frío!
— N-no! Me gritaste !
— ¡¡ Lo siento pero eres muy TERCO !!
— M-me sigues gritando !
¿Debería abrirle? No, no cree poder verle la cara. Aún no. Y menos con esa actitud.
No sabe que en momento llegaron a esto . . . Bueno, si lo sabe, ese beso fue el principal causante de todo, ocasiono un incendio en ambos cuerpos convirtiendo el ambiente en uno muy sensual y abrumador con tantas feromonas en el ambiente.
Cayó bastante rápido a la tentación. . .
Akaza al primer segundo de tocar los labios del rubio sin miedo recorrió los costados del más bajo hasta llevar ambas manos a su cintura pero en cuanto sintió la lengua de kyojuro más desesperada por tomar el control fue que una mano bajo hasta su glúteo derecho y se permitió apretarlo. Quiere quitarle la ropa pero algo le dice que debía esperar a que el chico se perdiera más en ese baño de feromonas.
Los suaves y ahogados gemidos eran melodía para sus oídos al igual que todas las contracciones con el más mínimo de sus toques, ese rubio le haría perder el control y lo peor es que sentía que podía tomarlo en ese lugar justo ahora.
A duras penas y ganándose una mordida en el labio inferior se separó de lo que parecía un beso infinito y kyojuro solo le veía molesto.
— ¿Pasando de quererme lejos a no querer separarte de mi ? Quien te viera
Sin querer romper el caliente momento que logro crear se inclino al cuello del menor y repartió varios besos y lamidas acercándose con maestría y lentamente al lugar donde se encontraba su glándula. Dejando que Kyojuro le guiará con sus suspiros y manos que le atraían más a este cada que rozaba cerca del tesoro que buscaba.
Era la zona donde ese dulce aroma era más fuerte, más dulce, más apetitoso.
— Kyojuro puedo ?
Para que entendiera un poco a lo que se refería con solo la punta de su lengua le dió una lenta lamida por todo el cuello. Quería morderlo, no tan fuerte para crear un vínculo pero si lo suficiente para aliviar sus instintos.
— Es delicioso kyojuro —
Estaba por abrir su boca, sus dientes le dolían y solo pedían una mordida en ese lugar que ya estaba rojo por tantas lamidas pero le sorprendió cuando el rubio agitó su cabeza con brusquedad negando repetidas veces.
