Capítulo 1: Las estrellas y los dragones

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[ Día 1: Cuarta Luna: año 148 D.C]

{Playa de Blanca: Campoestrella}

Aenar disfrutó del aroma salado del mar, sus brazos empezaron a remar a la par que Allan, Khan y Char.

—¡Más fuerte! — gritó Char mientras las olas golpeaban la canoa. "La estrella Fugaz" se resistía de las olas, los cuatros aprovecharon que el mar estaba más calmado este mes para hacer su actividad favorita.

Aenar rio en voz alta, a Char le gustaba fingir que era La serpiente Marina que comandaba sus barcos de guerra, pero solo eran cuatro muchachos en una canoa que se volcaba fácilmente cada cierto tiempo.

—¡Más fuerte!

—¡Hasta que no haya horizonte a la vista! — gritaron Aenar, Allan y Khan.

Los cuatro siguieron remando, evitando ir mar adentro, A madre le gustaba la playa, en forma de C gracias a los dos rompeolas que habían a dos puntas de la plata, volviéndola segura de las salvajes olas. Los siete aprendieron a nadar en esta playa.

Char estaba comandando la canoa cuando una ola algo fuerte los golpeó, volcándolos muy rápido. Aenar tragó algo de agua, respirando fuerte salió a la superficie y vio a sus hermanos reír a carcajadas.

—Si esto fuera una guerra ya estuviéramos muertos — dijo Allan sujetando la cuerda de la canoa.

Como cada vez que se volcaba "La estrella fugaz", Aenar lideraba el plan de atracar la pobre canoa mientras sus hermanos menores iban detrás de él.

Al llegar a la orilla vieron a Mariam pasear descalza, con sus vestidos de seda ligera que se movía por el viento, llevaba un sombrero de ala amplia para tapar su rostro del sol, colgando de uno de sus brazos había un bolso de lona donde se podían escuchar conchas marinas y piedras tintinear.

—¡Hermana! — Khan dejó la cuerda y corrió para abrazar a Mariam. Ella chilló ante el húmedo abrazo, Khan seguía riendo mientras afianzaba su agarre en Mariam.

—¡No! ¡Suelta! ¡Suelta! — chilló Mariam mientras usaba su brazo como una palanca para separarse del hermano pelirrojo —¡Maaamaaaá!

Char y Allan seguían riendo. Aenar dejó la cuerda y cerró sus dedos detrás del cuello de Khan.

—No hagas gritar a la banshee — le dijo a Khan.

—¡ Niños! — dijo una dulce voz, Aenar giró su cabeza, debajo de una carpa azul, protegiéndose del sol estaba madre y padre, con las gemelas durmiendo en sus regazos — ¡No hagan gritar a Mariam!

Los criados armaban una mesa de piso, colocando comida y bebidas.

—¡Vengan a comer! — les dijo padre mientras movía a Merya, dejándola sobre los cojines. Los cinco corrieron hacia la carpa, una carrera.

Mariam le pisó el pie a Allan haciéndolo caer. Char quiso ponerle el pie a Khan, pero ambos cayeron de boca hacia la arena, fue Aenar quien ganó la carrera, se arrodilló en la gran alfombra.

—Sécate— madre le extendió una tela. Aenar se la colocó encima de la cabeza y con ayuda de sus dos manos empezó a restregarse la tela por el cabello, rostro, cuello y brazos hasta acabar el torso.

Sus pantalones se sentían muy húmedos. Luego madre le extendió una camisa. Allan llegó a la par que Mariam, madre le ordenó lo mismo, que se secará y se pusiera una camisa. Char y Khan llegaron discutiendo como siempre, al igual que él, se secaron y pusieron una camisa.

Las gemelas despertaron ante el olor a mariscos ahumados acompañados de vegetales. Los nueve disfrutaron la comida entre conversaciones y risas. Merya comía grandes bocados mientras que Lyssandra comía como pajarito.

KARMA [House of the Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora