KARMA [House of the Dragon]

Capitulo 11: Duelos

Los duelos iniciaron.

Lucerys juntó sus manos cuando escuchó pasos en las gradas inferiores. Ella miró disimuladamente, Aemond se sentaba junto a Helaena y Jaehaera. Parecía molesto, con el ceño fruncido.

Ella escuchó reír a Khan y Char a su lado, rápidamente miró a sus mellizos. Ellos tenían esas sonrisas diabólicas cuando hacían sus travesuras. Nuevamente miró a su ex esposo, la reina viuda se inclinó sobre su hijo y parecía estar molesta por algo.

En sueños escuchó. "¿Por qué tardaste?" y la respuesta a de Aemond, lo que apenas pudo escuchar fue : "Huevos podridos"

Lucerys miró a sus mellizos que reía levemente. Char palideció cuando notó su mirada sobre ellos, le dio un par de golpecitos en el brazos a Khan para que la viera.

Ella se levantó de su lugar, con cuidado colocó ambas manos sobre el hombro de sus mellizos.

—¿Qué hicieron? — les preguntó seriamente. Lo hizo en voz baja, no quería llamar la atención de los presentes sobre ellos.

—-Nada, mami — contestaron a la par. Lucerys arqueó una ceja mirándolos seriamente, ella se cruzó de brazos.

—-Le lanzamos huevos podridos —- confesó Khan, Char lo vio como si fuese un traidor y murmuró un "Cobarde"

—Los dos se quedarán sin postre en lo que acaba el torneo —- dictó sentencia Lucerys, con cuidado se inclinó sobre Khan arreglando su túnica violeta.

Lucerys vistió a sus hijos con el violeta y blanco de la casa Dayne, incluso ella misma tenía un vestido morado oscuro con hilo de plata y amatistas en el escote del vestido, su tocado de cadenas de oro con unos cuantos diamantes violetas brillo ante el sol y el velo caian por su espalda junto a sus rizos.

Luego de arreglar a Kahn y peinar con los dedos a Char regreso a su asiento, vio por el rabillo del ojo como Daemon desde atrás de los mellizos se inclinaba y los felicitaba por los huevos podridos.

Su madre se levantó a la par que sonaron trompetas. Majestuosa con un vestido rojo oscuro y encaje negro, en su pecho había rubíes cocidos en forma de cascada. A su derecha, sobre su silla dorada estaba la princesa Aliandra, con un vestido anaranjado con un profundo escote que mostraba sus grandes pechos, su cabello grueso caían en rizos apretados y la corona en picos imitando los rayos de sol.

—Mi gente — dijo su madre, como reina todas las miradas estaban puestas sobre ella — Bienvenido a este torneo que marca una nueva era en Westeros. Luego de más de un siglo entre Dornienses podremos tener una paz firmada con sangre gracias a las nupcias de Lady Marian Dayne, mi nieta y el heredero de Dorne, el príncipe Ahmed Martell.

Los nombrados se pusieron de pie, Ahmed se dirigió hacia Mariam, extendiendo su mano. Ambos se colocaron al borde de la tribuna, Ahmed tomando la mano de Mariam y ella sonriendo.

Su piel bronceada hacía resaltar el vestido violeta, con diamantes en el escote e hilos de plata. El tocado era uno con amatistas y diamantes blancos que sujetaban un largo velo violeta que llegaba hasta más allá de sus muslos.

Todos los presentes aplaudieron a los jóvenes prometidos.

—¡Que de inicio a los combates! — dijeron la princesa Aliandra y la reina Rhaenyra.

Los jóvenes novios regresaron a sus asientos, el vocero anunció los combates individuales. Siendo los primeros un caballero Arryn contra un Benjicot Blackwood.

La batalla entre ambos fue brutal, el caballero Arryn arremetía contra el escudo que tenía el blasón de la casa Blackwood, pero Benjicot, bajo su escudo y golpeó la petaca del yelmo, una, dos, tres veces, movió su escudo, haciendo un semi arco que debió en toda la parte frontal del yelmo, haciendo caer al caballero Arryn.