1.
Esa noche, a la cena, me senté en la mesa de mal humor, con ganas de pelear. Las cosas no estaban yendo como yo quería en la escuela, mis amigos se estaban comportando como una banda de imbéciles, y nadie era capaz de decirme algo que me hiciera pensar que había un final a la vista ante los problemas de tener trece años. Para colmo, el día anterior había ido al ortodoncista, y todavía me dolía la boca, como si me hubiesen puesto un tornillo en cada uno de mis dientes y los estuvieran apretando lentamente contra los frenillos, sólo son las intenciones de hacerme sentir aún más abrumada.
Papá había preparado comidas blandas para cenar, en deferencia a mi boca adolorida, y de alguna u otra manera, incluso eso me molestó. Yo quería cosas crujientes, alimentos que realmente tuviera que roer y masticar, cosas que se atascaran en mis aparatos ortopédicos y se atraparan entre los alambres; no puré de papas y sopa. Miré mi plato con desprecio, ignorando odiosamente tanto a papá como a Jayp, dejándome llevar por mi estado de ánimo y poniéndome aún de más mal humor.
Papá seguía tratando de involucrarme en la conversación, haciéndome preguntas y pidiéndome mis opiniones, tratando de no parecer dolido por mis respuestas monosilábicas. Jayp, al menos, tuvo la sensatez de no intentar hablar conmigo, lo cual me hizo enojar aún más. Es mucho más fácil ser desagradable con él que con papá; Jayp se enoja de inmediato, en lugar de callarse y sentirse herido como papá, y cuando quiero iniciar una pelea, él es el que se pone en contra y se antagoniza.
—Cheryl, ¿podrías pasarme las papas, por favor?Mi mandíbula se apretó con fuerza. —¡Mi nombre es HEATHER!—. Grité. El inocente desliz de mi antiguo nombre (que papá usaba como forma de cariño de vez en cuando) me inspiró mucha más angustia de la que realmente merecía, pero ya estaba tan cerca de un colapso total, que fue el catalizador perfecto. —¡¿Por qué ni siquiera puedes decir bien mi nombre?!—. Pude escuchar cómo mis palabras se arrastraron incómodamente alrededor de mi boca llena de metal e ira, y con eso, ya había terminado. Rompiendo en feroces y explosivas lágrimas, me aparté violentamente de la mesa e, ignorando las miradas de asombro en los rostros de papá y Jayp, huí hacia mi habitación en el piso de arriba.
Di un portazo espectacular y me lancé a la cama, llorando histéricamente. Odiaba todo y a todos, pero sobre todo, me odiaba a mí misma.
Después de unos minutos de miserables llantos, cuando pude comenzar a controlarme, pero no sin antes de que pudiera comenzar a sentirme avergonzada de mi comportamiento, alguien llamó a mi puerta. El sonido decidido y audaz de los golpes debería haberme dado una pista en ese momento, pero estaba demasiado absorta en mi propia miseria como para poder darme cuenta de quien era.
—¡VÉTE!—. Grité, con el impresionante sonido de mi angustia algo amortiguado por la almohada.
Escuché una risita grave y sin humor desde el otro lado de la puerta. —Poco, voy a entrar en treinta segundos, lo quieras o no. Si tienes algo que ocultar, tienes veinticinco segundos para hacerlo.
Era Jayp, no papá. ¡Mierda!Miré alrededor de la habitación, tratando frenéticamente de recordar si había algo que pudiera meterme en problemas. No, las novelas de terror estaban a salvo debajo de la cama, junto con el manga romántico y mi cuaderno de dibujos secreto. Cuando pensé que me quedaban unos segundos, volví a enterrar la cara en la almohada y me di la vuelta para quedar de espaldas al resto de la habitación.
La puerta crujió y Jayp entró. ¿Por qué no había pensado en poner con llave la puerta? ¡Estúpida, estúpida, estúpida! Podía sentirlo, simplemente allí de pie, mirándome, y entonces, suspiró, y eso era lo peor que podría haber hecho. Jayp tiene ese suspiro profundo que es capaz de conmover el alma, y él lo sabe, y lo utiliza cuando tiene que hacerlo, y probablemente era exactamente lo que estaba haciendo ahora. Maldita sea, ¿Cómo podía seguir enojada con él cuando sonaba tan triste?... Puedo intentarlo, seguro que sí.
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De vuelta a las Sombras || James Sunderland x Harry Mason || Silent Hill
RomanceEn un mundo posterior a SH3 y el viaje de Heather a Silent Hill, James y Heather se esfuerzan por dar sentido a lo que ha sucedido en sus vidas y cómo pueden recuperar lo perdido. Esta correspondería a ser la tercera y última entrega, continuación...