1.
Advertencia: Este capítulo puede tener contenido sensible. Se recomienda leer bajo discreción.
Estaba en un pasillo, uno largo, que no conocía. Lo recorrió, deprisa pero sin correr. Cuando llegó al final, abrió la única puerta roja delante de él.
La habitación no tenía nada especial, una típica habitación de hotel, amueblada con sencillez y sin elegancia. Lo notable era el hecho de que Harry yacía tendido en la cama, leyendo a la luz de la lámpara solitaria de la habitación.
Cerró la puerta detrás de él como en un estado de shock, y Harry levantó la vista de su libro. —¡Oh, aquí estás!—, exclamó, dejó el libro y se sentó con su fluida gracia habitual. —Te he estado esperando, ¿Dónde has estado?
No respondió, y probablemente no podría haberlo hecho aunque hubiese querido. Corrió hacia la cama y tumbó a Harry con un fuerte y entusiasta abrazo. Harry rió, sorprendido, pero también complacido. —Yo también estoy feliz de verte—, le dijo Harry, pero fue interrumpido cuando lo besó, cubriendo la boca de Harry con la suya, desesperado y deseoso. Harry enterró sus manos en su cabello y tiró de él hacia la cama, respondiendo a su cariño que había sido grosero y algo torpe.
Rodaron sobre la estrecha y desconocida cama, tal como lo habían hecho durante los últimos diez años en la cama de su casa, y desgarró las ropas de Harry, arrancando algunas de ellas en su afán por quitárselas. Harry se rió y puso los ojos en blanco, resignándose a otra camisa arruinada, y otro par de boxers destruidos, pero no se resistió, incluso participó, tirando y arrancando de su ropa hasta que ambos se encontraron desnudos, excitados, respirando con dificultad.
Hizo rodar a Harry sobre su espalda y se agachó sobre él, ocultando el cuerpo del otro hombre con el suyo propio, y hambrientamente besó su cuello. Harry gimió debajo de él, aferrándose a su espalda con manos fuertes, arqueando su cuerpo contra él. Fue descendiendo, besando y lamiendo, rastrillando sus dientes por el pecho de Harry, sabiendo que dejaría moretones, pero sin importarle, porque sabía que a Harry tampoco le importaría, siempre y cuando las manchas moradas en su piel pudieran ocultarse con la ropa. A Harry siempre le había gustado un poco lo rudo, disfrutaba con un poco de dolor para aumentar su placer, y él estaba encantado de proporcionárselo.
Siguió bajando, y la sensación de la erección de Harry arrastrándose contra su estómago y hacia su pecho le hizo gruñir profundamente en su garganta, y tuvo que obligarse a frenar, a no precipitarse. Él no era ese tipo de persona; nunca lo había sido, podía controlarse, no era un animal. Se detuvo en el estómago de Harry, alisando los escasos y enredados vellos que crecían hacia abajo desde el ombligo de Harry con una mano, y acariciando uno de los muslos con la otra.
Desde algún lugar por encima de su cabeza, Harry gimió. —¡Deja de provocarme y hazlo!—, siseó.
Sonrió, con la cara aún pegada al estómago de Harry, y volvió a ajustar su posición. La erección de Harry chocó contra un lado de su cara mientras le acariciaba aquel espacio donde su pierna se unía a su cuerpo, inhalando un aroma tan familiar como el suyo. Harry se movió debajo de él, frotándose insistentemente contra su rostro, así que se giró hacia un lado, lamiendo a Harry con un suave movimiento desde el eje hasta la punta. Harry volvió a gemir y se agachó, agarró dos mechones de su cabello y comenzó a empujar su cabeza. Sin dejar de sonreír, se resistió por un momento, y luego se dejó empujar, introduciendo toda la longitud de Harry en su boca, deleitándose con el gusto que había llegado a amar.
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De vuelta a las Sombras || James Sunderland x Harry Mason || Silent Hill
RomanceEn un mundo posterior a SH3 y el viaje de Heather a Silent Hill, James y Heather se esfuerzan por dar sentido a lo que ha sucedido en sus vidas y cómo pueden recuperar lo perdido. Esta correspondería a ser la tercera y última entrega, continuación...