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Jungkook

Él finalmente se pone los pantalones. Sólo he estado tratando de convencerlo para que los use desde el momento en que se los quito. ¿Por qué insiste en provocarme? Por supuesto que miro sus largas piernas y contengo la respiración para no echar un vistazo a sus bragas. Son rosas con rayas blancas, y se ven tan, tan suaves. Pero no mucho menos tan suave como su piel, o las ondas en su cabello.

Es un bonito príncipe y yo soy el ogro que lo vigila. Cuanto antes termine esto, mejor. Porque oler su aroma a cereza, mirar sus grandes e inocentes ojos y escuchar su voz angelical me rompe la cabeza.

Es una tortura. Él lo sabe.

Suspiro mientras él me sigue desde mi habitación hacia el área principal de la cabaña. Comparto la sala de estar, la cocina y la habitación de pesas con los demás, pero todavía prefiero mantenerme solo. Mi habitación es la más alejada de las áreas comunes.

-¿Así que mataste a ese tipo? ¿O Namjoon lo mató? ¿Y qué va a pasar con su cuerpo? ¿Se va a quedar allí afuera? Es asqueroso. -Murmura. -Me siento un poco mal. Quiero decir, vino hasta aquí para matarme, ¿Verdad?

-Si. -No puedo imaginar lo que saldrá de su boca a continuación.

-Y falló. Ni siquiera me miró antes de que tú, o Namjoon, lo mataran. Quiero decir, ¿Le pagaron siquiera? ¿Metió su dinero en una cuenta bancaria para que sus amigos asesinos lo dividieran entre ellos o...? -Él jadea.

Giro, y sus ojos se agrandan, una mano en su boca. -¿Tenía familia?

-No. -Quiero calmarlo, tratar de tranquilizarlo. Pero no soy capaz de hacerlo. Soy bruto, corpulento y lleno de cicatrices.

Él es demasiado dulce para darse cuenta de que soy un monstruo.

-Hombres que hacen trabajo de matones, trabajo de mercenario. -Enmiendo por él. -O quienes se unen a la Hermandad, no se les permite tener familias. Era un lobo solitario, vino por ti y ahora está muerto.

-Oh. Pero, ¿Cómo sabes que vino por mí?

-Nadie sabe que estoy aquí.

-Seguro que alguien te conoce...

-Ninguno. -Me alejo de él y sigo pisando fuerte por el pasillo.

Él sigue pisándome los talones, su voz y su olor son imposibles de escapar o ignorar. Pero el problema es que no quiero escapar de él o ignorarlo. Quiero poder hablar con él. No puedo. Yo no tengo las herramientas. Nunca lo hice, incluso antes de ser mercenario y tener estas cicatrices.

-¿Ninguno? -Su voz es más suave y siento el tierno toque de sus dedos a lo largo de mi brazo.

Paro de nuevo.

Él está justo detrás de mí. Su calidez me golpea en oleadas, cada parte de ÉL envuelto en suavidad y dulce como el azúcar.

-Mis padres están muertos. Cualquiera que me haya conocido antes de los Escorpiones cree que estoy muerto. -Me vuelvo hacia él. -Y debería estarlo. Estas cicatrices no son para mostrar. Casi muero el día que las obtuve. Mira, príncipe. No soy un tipo agradable que acabas de conocer en el bosque nevado. -No sé lo que digo ni por qué lo digo. -No soy agradable. Ni siquiera un poco. Así que no te molestes. -Giro de nuevo y lo llevo hacia el resto del campamento. Eso está resuelto. Él dejará de molestarme y...

-Sabes, creo que las cicatrices te hacen lucir sexy. Son peligrosas. Como si fueras un espía secreto que conoce todo tipo de suciedad sobre los políticos y, oh, tal vez incluso sobre las celebridades. Apuesto a que has sido como un guardaespaldas de las estrellas o algo así, ¿No es así? -Él no se deja intimidar por completo.

Debería estar frustrado con él. En cambio, escucho cada palabra que sale de sus labios. Como lo he estado haciendo desde el momento en que apareció en el campamento. Parece que no puedo parar, dejar de mirarlo fijamente, dejar de escucharlo, dejar de imaginar. Pero tengo que. Él se marchará en uno o dos días, de regreso a su vida en el centro de atención.

La sola idea de un foco cerca de mí hace que se desarme mi interior.

-¿Cómo tal vez la Reina de Inglaterra? ¿O, oooohh, Dolly? Dolly Parton es mi favorita. Si le has salvado la vida, creo que estoy enamorado de ti.

Me detengo en seco.

Él choca conmigo. Sin perder tiempo, me rodea con los brazos. -Lo hiciste, ¿No? -Él susurra. -¿Salvaste a Dolly? -Es tan pequeño que no puede abarcarme con las manos. Soy demasiado grande para él.

Suspiro mientras él acurruca su mejilla contra mi espalda.

-Hueles muy bien. ¿Ese es tu jabón? Debe ser. Quiero ducharme cuando volvamos a nuestra habitación. Frotare ese olor delicioso por todo mi cuerpo.

Trago saliva, mi polla salta a la atención en el pensamiento de él desnudo en mi ducha y frotando mi pastilla de jabón que ha tocado mi cuerpo, sobre todo su cuerpo. Jesús, eso es casi como si nos tocáramos... en todas partes.

-Y luego podemos simplemente acostarnos en la cama y hablar. ¿Cómo anoche?

Anoche no dormí. Anoche, todo lo que pude hacer fue acostarme en el borde de mi cama y escucharlo hablar hasta dormirse. Parecía un ángel en mi cama.

Y yo estaba... estaba aterrorizado. Tan pronto como durmió, me levanté, me senté en la silla grande y acogedora cerca de mi chimenea. Allí realicé mi vigilancia. Porque allí, él estaba a salvo. Allí, no podría lastimarlo.

Suavemente retiro sus manos mientras toma una respiración profunda más contra mi espalda. -Vamos, príncipe. Necesito averiguar la situación para poder mantenerte a salvo.

-Jungkook, ¡Es como si fueras mi propio guardaespaldas súper personal! -Él chilla de emoción. -Este es un sueño hecho realidad.

Gimo por dentro y espero poder mantenerlo a salvo de cualquier amenaza, y también a salvo de mí, un hombre enorme, feo y tonto que ya está desesperadamente enamorado del príncipe perfecto del pop que nunca podrá tener.

snow 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora