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Jin miro al chico, su cita, que estaba esperando cerca de la entrada del restaurante. Llevaba un poco de rato viendolo desde la esquina de la calle de enfrente, bajo de la cera para cruzar pero vaciló y se arrepintió.

Si no se estuviera muriendo de los nervios quizás le sería más fácil acercarse y saludar.

Es la tercera cita en plan romántico que tiene con él chico en menos de una semana y sigue sintiendose de esta manera. Pero tiene razón para estarlo, pues no ha salido con nadie desde hace dos años cuando terminó su anterior relación con Taehyung, su expareja.

Además Jungkook es muy atractivo y guapo, sus ojos son negros y expresivos, su sonrisa es encantadora, su cabello es negro brillante y lo lleva largo hasta la nuca. Parece siempre seguro de si mismo Jin ya sabe que ama que le pongan atención sin embargo no le gusta ser el centro de atención por mucho tiempo.

Es competitivo, atrevido cariñoso y sensible. Jungkook llama la atención a dónde quiera que va por su manera de vestir, el negro es su color favorito. Con esos tattoos y  piercings se ve intimidante pero es todo lo contrario. Jin y Jungkook van al mismo taller de pintura, ahí se conocieron.

Él pelinegro fue quien se acercó primero.

Jin respiro profundo y cruzó la calle de una vez.

Jungkook, quien tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón beige se percató de su llegada y se apresuro a saludar al chico de cabellos castaños.

—Hola, te estaba esperando —le saludó con una gran sonrisa de alivio— Pensé que ya no vendrías...

Jungkook le abrazo también. Siempre tan cariñoso, pensó él castaño quien no se sorprendió por el acto del pelinegro, ya que en la primera cita le agarro de la mano con firmeza y no se la soltó en todo el paseo que tuvieron por el parque, no obstante no puede controlar los latidos frenéticos de su corazón cada que Jungkook hace una cosa como esa.

—Se me hizo un poco tarde —dijo con voz suave al terminar el abrazo— tenía que hacer inventario en la tienda.

Jin trabaja en una tienda donde se hacen los mejores Hanbok de la ciudad. Cómo es él encargado debe de tener siempre todo listo y en perfecto orden para el día siguiente.

—Pues entremos ya —le agarro de la mano— muero de hambre —confesó— ¿Tu no?

Él castaño sonrió.

—Si, y mucho.

Entraron juntos de la mano al restaurante. Jungkook no le soltó de la mano hasta que los platos que habían pedido llegaron a su mesa. Luego de eso continuaron conversando sobre el trabajo, los hobbies de ambos, la comida preferida de Jin, la playlist de Jungkook y también hubo una que otra confesión cariñosa.

Al pelinegro le gusta demasiado Jin, desde que lo vio en ese curso donde bendito sea el universo pudieron coincidir y cada día que pasa a su lado solo se va enamorando un poco más de él, Jin es un gran chico. Es hermoso y de buenos sentimientos, es tan diferente a los demás su manera de ser le encanta le hace bien hasta el punto de que se siente vacío y extraño como frustrado si no llega a verlo en todo el día. Por eso quisiera proponerle al castaño iniciar algo más serio y formal.

—Sabes, disfruto mucho de pasar el tiempo contigo Jin.

Jungkook estaba esperando está noche para por fin confesarse. Él castaño le fascina y solo espera a que sus sentimientos sean correspondidos. Se inclino hacia él y cubrió la mano del castaño que descansaba sobre la mesa con la suya.

Mejor que Conmigo (Taejin Kookjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora