𝐈𝐂𝐄 | ❝ Que su sabiduría nos guíen hasta que las estrellas caigan del cielo ❞
Tras la llegada de los hermano Pevensie a la mansión Kirke, las repuestas a las preguntas que Nixie tenia comienzan a llegar terminando con las mentiras que le decían p...
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Cuando llegaron a Narnia, la blanca nieve cubría cada rincón del mágico lugar, pero ahora toda esa nieve se había derretido y un verde gras había tomado su lugar. Nixie estaba realmente fascinada viendo como las flores florecían y se abrían ante el sol en tan solo unos segundos. El frío bosque se convertía en uno cálido y lleno de color.
Nixie vio confundida como la nieve a su alrededor desaparecía menos los pequeños copos de nieve que habían en las palmas de sus manos. En su rostro apareció una mueca recordando lo sucedido al escapar de la presa de los castores y en el río. Sus manos sintiéndose heladas antes de que lo que tocara se volviera hielo.
Todo era muy irreal para ella y todos los sucesos no le habían dado el tiempo para procesar lo que sucedía. Se sentía en el cuento que su abuelo le contaba cuando era una niña. Una parte de ella estaba segura que tenía algún tipo de parentesco con la persona que le había quitado la paz a Narnia. No podía ser coincidencia que ella podía manejar de alguna manera lo que la bruja blanca también.
—Nix —la llamó Peter al ver que había quedado atrás.— ¿Estas bien? ¿La herida te duele? Lucy nos dijo que te cortaste la mano al saltar a un bloque —dijo con preocupación.
—Oh, eso. No fue nada, solo un corte superficial —le restó importancia.
Peter tomó su mano lastimada viendo que tan cierto era lo que decía. La palma de la chica tenía un corte largo pero al parecer nada profundo, aún así el alrededor de la herida estaba enrojecida.
Una mueca se formó en su rostro. Sacó un pañuelo que con suerte no había caído de su bolsillo y envolvió cuidadosamente la palma de Nixie para evitar una posible infección o algún daño mayor que afectara que la herida sanara.
Nixie soltó una pequeña risa por sus nervios, sin saber que hacer o decir golpeó suavemente el hombro del chico con su puño.
—¡Nixie, mira! —exclamó Lucy acercándose a ellos.
La chica agradeció mentalmente la aparición de la menor, la situación se estaba tornando muy incómoda para ella. Lucy la llevó a un árbol donde unas bellas flores blancas lo adornaban. Peter se acercó a ella y arrancó dos flores de una de la ramas, una se la dio a su hermana, quien sonrió contenta antes de regresar con Susan.
—¿Puedo? —preguntó acercándose a ella.
Nixie asintió lentamente. Peter acomodó unos mechones que caía sobre su rostro y con lentitud acomodó la flor sobre su oreja. Las mejillas de la chica se enrojecieron, gesto que le resultó adorable al rubio.
—Olaf se debió haberse derretido —se alejó de él como si su toque la quemara. Se estaba odiando por ponerse tan nerviosa a su lado.
—Puedo buscar una forma de hacer otro —propuso.— Quizás no sea de nieve pero podemos utilizar... —prensó por unos segundos en algún material.— Tierra.
