Las manos de Leticia fueron liberadas gracias a las órdenes del Rey y los guardias abandonaron la habitación.
Leticia gruñó mientras se frotaba las muñecas doloridas. Cuando sus ojos finalmente se acostumbraron a la luz de la habitación, pudo ver correctamente al hombre sentado frente a ella.
Era guapo, como una agradable vista para sus ojos o un delicioso dulce de sabor majestuoso. Su cabello negro brillaba, moviéndose como cuchillas de vidrio en un prado por el viento. Sus hermosos ojos morados brillaban como si un joyero hubiera tallado las piedras más preciosas y las hubiera puesto dentro de sus ojos. Pero más que nada, tenía un aura elegante que emanaba a su alrededor.
Había deseado a este hombre desde el primer momento en que lo había visto, y quería su mirada exclusivamente en ella, no en esa mujer de cabello plateado. Le gustaba su sonrisa, que solo debería pertenecer a ella. Leticia tenía mucha ambición, pero nunca había querido a alguien tanto como él en toda su vida. Quizás esto también era parte del destino. Si no, entonces, ¿por qué deseaba tan desesperadamente a este hombre, un hombre con el que ni siquiera había hablado antes?
"...Hace mucho tiempo que quería conocerlo, Su Majestad". Ella dijo tímidamente. Había un ligero temblor en su voz.
Los labios del rey se curvaron hacia arriba, lentamente. Leticia se armó de valor y se acercó a Igor, colocando cuidadosamente su mano sobre su rodilla. Ella lo miró con una expresión inocente y la mirada más cautivadora que podía poner.
Cada vez que hacía esto, los hombres a su alrededor se inclinaban ante ella. Ya sea lujuria o interés humano, nunca le falló. Este hombre también se enamoraría de ella. Además, su relación con la hermanastra de ella, la reina, se arruinó. Estaba segura de que Igor quería el placer que ella podía darle. Esta sería su oportunidad de robarle el corazón.
"¿No soy más hermosa que mi hermana?"
La Rihannan que conocía era una mujer egocéntrica. Conocía a muchas mujeres como ella, que sólo se preocupaban por sí mismas y no les importaba dejar insatisfechas a los demás. Mujeres como ellas nunca podrían consolar a un hombre. Su presencia desgastaba a cualquiera a su alrededor, lo que hacía que sus parejas buscaran placer en otra parte.
"Puedo consolar su corazón, Su Majestad".
Leticia frotó lentamente su muslo, con cariño. Unos momentos después, Igor reaccionó, haciendo que Leticia sonriera. La gran mano de Igor se movió y alcanzó la parte superior de la cabeza de Leticia.
Sin embargo, las expectativas de Leticia pronto se desvanecieron.
"¡¡Ahhh!!"
Fue doloroso. Sintió mucho dolor en el cuero cabelludo. La muerte la estaba llamando. Igor no le acarició la cabeza, como ella pensó que lo haría, sino que le tiró violentamente del cabello.
"Parece que no has cambiado en absoluto" resonó la voz helada de Igor.
Leticia frunció el ceño por el dolor y miró a Igor con lágrimas cayendo por el rabillo del ojo. Estaba confundida, pero cuando sus ojos se encontraron, estaba congelada. Podía sentir la mirada de una bestia sedienta de sangre que buscaba saciar su hambre con su sangre. Sintió odio y furia en sus ojos morados.
Leticia se estremeció, asustada.
"Qué quieres decir..."
Igor la miró con ojos llenos de desprecio. Los trágicos eventos de su vida pasada aparecieron en su mente, llenando su corazón de sombras.
Esa mujer pelirroja había abierto la puerta de su oficina y saltó hacia él con entusiasmo. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para tentar al marido de su hermanastra, Igor.
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No quiero ser amada ✿2da Parte 180-228✿
RomanceRihannan Alessin, una reina que se pudre en la cárcel. Desesperada y sin esperanza, bebió veneno y murió. Pero... sin que ella lo supiera, la deidad le dio una segunda oportunidad en la vida. Tenía doce años otra vez. Y esta vez, ella viviría la vid...