THE MAZE RUNNER 1: Running For You ✔

Bienvenida Al Área

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CASSIE

Me encerraron en aquel «hoyo»; un lugar que es como una cárcel, pero más pequeña. Me estaba matando estar en ese lugar, odiaba los espacios pequeños, eran mi fobia.

Quería llorar, gritar e incluso quería golpear mi cabeza con la pared para ya no pensar. No quería estar en ese sitio, no quería estar encerrada en estos muros.

Una lagrima cayó por mi mejilla, apretaba mi mano, provocándome daño con las uñas. Escuché pasos y rápidamente sequé la lágrima .

—Hola de nuevo, Novata —saludó Alby con una sonrisa tímida.

—¿Que necesitas? —pregunté seriamente. A pesar de esa sonrisa, yo no le tendría confianza.

—Te prometí que te enseñaría el área, y vengo a cumplir la promesa —informó. Extendió su mano hacia mí para que yo la tomará, así que yo la tomé al no tener ninguna otra opción.

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—Antes de mostrarte todo, quiero preguntarte algo, novata —hizo una pequeña pausa y se giro hacia mí con los ojos entrecerrados —. ¿Quién eres? —preguntó.

No sabía que contestar, no sabía quién era. ¿Qué se supone que tenía que decir?

Después de unos segundos, volví a escuchar su voz.

—¿Sabes tu nombre? —negué con la cabeza. Sentí como mis ojos se cristalizaban.

—¿Por qué... —Dije en voz baja. —¿Por qué no recuerdo nada? —terminé.

—Tranquila —apoyó una mano sobre mi hombro —. Es normal. Recordarás tu nombre en uno o dos días... Es lo único que nos dejan —aquello último lo dijo en voz baja antes de suspirar.

—¿Nos dejan? —fruncí el ceño —. ¿Cómo que nos dejan? ¿Quién nos puso aquí? —interrogué desesperadamente.

El paró de caminar al ver que yo lo hice.

—Las preguntas son al final, novata —apreté los labios para no gritar de frustración—. Ahora si, te enseñaré tú nuevo hogar.

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—Comemos aquí —Dijo apuntando unas cuantas mesas de madera donde a su lado tenía una pequeña cocina, pero estaba muy llena —. Dormimos por ahí —señaló unas hamacas —. Cultivamos nuestra comida y hacemos nuestros refugios. Lo que necesitamos y no podemos conseguir, la caja nos lo da... Lo demás, depende de nosotros.

—¿Caja? —volví a hablar después de ese largo tiempo.

—El lugar donde subiste. Sube una vez al mes con nuevas provisiones y un nuevo novato...Pero ahora toco novata, lo que es raro para todos —informó haciéndome mirar a todos los habitantes del lugar que solo estaban mirándome. Algunos con el ceño fruncido, otros con una sonrisa; esa sonrisa que me molestaba. Y otros solo me miraban sin expresión alguna.

—¡Sigan con su trabajo y dejen de meterse en lo que no les importa! —les gritó alby.

No me di cuenta en que momento, llegó otra persona saludando al moreno.