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El matrimonio fue en viento en popa, al menos durante ese tiempo. Las dos partes comenzaron a llevarse bien e inclusive Aonung le habría enseñado a cazar a su esposa.
—Tienes una postura horrible, más derecha no tan encorvada —puso una mano en la cintura de Sahira y la otra en su espalda para enderezarla mientras ella tenía una lanza en mano.
Esperó a que los peces se acercaran a ella hasta que dio la orden de tirar la lanza con fuerza hacia uno de ellos, Sahira habría fallado completamente el tiro por la falta de fuerza.
—Hasta un pez tiene mayor fuerza que tú —se burló Aonung.
La burla no fue bien recibida por Sahira, quien decidió salir del agua para sentarse en la orilla mientras lo esperaba salir del agua.
Ella fue quien le enseño a recolectar hongos y especias a Aonung, también a cocinar en pareja, aunque el solo alcanzaba las cosas mientras ella cocinaba.
—¿Cual es perejil y cilantro? Son lo mismo Sahira, no esperes que sepa diferenciar estas cosas raras —se quejó.
—Uno es más verde que otro, dame el que es más verde Aonung, no cuesta nada —Sahira explicó.
Aonung le alcanzó el perejil, lo que hizo que colmara la poca paciencia que ya tenía Sahira, termino sacándolo de la cocción del pez que el habría cazado.
Su relación parecía ser más amigos que de esposos, la constelación que habría tomado su madre para el casamiento era más que perfecta, se esperaba que traigan paz al pueblo.
La paz era lo último que había en su casamiento.
Ella empezó a tomar practicas con la Tsahik, al menos para saber lo más básico, por más que se haya decidido desde mucho más antes que la Tsahik seria Tsireya o inclusive Kiri por su gran conexión espiritual.
Sahira conoció a la familia Sully la cual vino a este lugar para escapar de la gente del cielo, eran na'vi del bosque en el agua, al menos para ella fue curioso.
Un día cualquiera, que Aonung tratando de ser amistoso trato de llevarla en un Skimwing el cual tiene desde hace bastante tiempo y fue una odisea total enseñarle como usar uno.
—¿Quieres o no? —ofreció el.
Los dos estaban en la playa, donde no, no había nadie ya que la gran mayoría dormía siesta en ese horario.
—Demasiado peligroso, no pienso ir en esa cosa horrible Aonung —se excusó Sahira.
Aonung abrió la boca ofendido ya que le habría dicho a su Skimwing horrible.
—No me pienso retractar Aonung, no me vas a hacer cambiar de opinión —ella se dio la vuelta dispuesta a irse caminando a la aldea.
Aonung aprovecho la oportunidad para tomarla de las piernas y subirla a sus hombros, el se reía ante la situación y lo ligera que era su esposa, según sus pensamientos ella debía comer más.
