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El sol comenzaba a esconderse entre los acantilados, tiñendo el cielo con tonos dorados y anaranjados. Aonung estaba en el mar, limpiándose el barro que cubría su cuerpo tras la competencia. El agua cristalina acariciaba su piel, llevándose consigo la suciedad y el cansancio del día. A pocos metros de la orilla, Sahira lo observaba con una sonrisa traviesa, tenía sus brazos cruzados mientras esperaba que él terminara.
Para ella era increíble poder decir que él era su esposo y que de hecho, ella debía tener un hijo de él...
Aunque bueno, los dos sabían que ese deber tuvo que hacersehacia años.
—¿Sabes cuál fue mi parte favorita? —hablo Sahira.
Él negó.
—Creo que mi momento favorito de toda la competencia fue cuando te vi caer de espaldas en el barro. Fue... —hizo una sonrisa grande mientras movía las manos— ¿cómo decirlo? Bastante esplendido —burlona.
Ella habría dicho esa palabra apropósito, era claro que ella lo recordaba a la perfección, recordaba cada palabra que el haya dicho y le haya causado algo.
Aonung, que ya había anticipado el comentario, la miró con una sonrisa paciente mientras se acercaba un poco más hacia ella, el agua cristalina aun cubriéndole los muslos, ella lo observo con una sonrisa complaciente.
—¿De verdad? ¿Ese fue tu momento favorito? Y yo que pensaba que me estabas animando —acuso.
—Lo hice, pero también te dije que también estaría burlándome de ti Aonung —él bufo por lo dicho.
Sahira estaba con una expresión de inocencia absoluta, Aonung la observaba con una sonrisa, escuchar cómo se reía apenas se cayó fue como una melodía para sus oídos, fue la única que se reía al igual que Rotxo el cual solo se aguantaba la risa, ni el mismo creía que podía caerse de esa forma tan patética y tan común.
—Yo te anime a que te diviertas, claro. Y parece que lo hiciste —hizo una pausa mientras observaba a Aonung—. Porque te revolcaste en el barro con bastante entusiasmo Aonung.
Aonung soltó una risa y sacudió la cabeza, claramente disfrutando del intercambio. Sahira tenía una gran sonrisa mientras se limitaba a observar a su pareja, ella se burlaba de él, lo disfrutaba bastante.
¿Por qué le gustaba ese intercambio?
—Me alegra que al menos alguien se haya divertido. Aunque tengo que admitir que no era parte de mi plan caer así —Sahira negó rápidamente mientras se reía por recordar cómo se cayó.
—Claramente no era tu plan perder en la final Aonung... —trataba de calmarse con nulos resultados.
—No es tan gracioso Sahira —respondió con una sonrisa, ella levanto las cejas en símbolo de burla.
—Bueno, tal vez deberías considerar para tu plan la próxima vez —sugirió Sahira con una sonrisa amplia—. Parece que te manejas bien con ese tipo de "tácticas" —hizo las comillas con los dedos.
