Cap 19

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La alarma despertó a Gakushuu, pero no al Gakushuu de siempre, sino a uno que parecía que no había dormido hace siglos. El nunca dormía tarde, así que haberse dormido el día anterior a las 4 de la mañana después de una gran aventura sabiendo que tenía instituto al siguiente día a las siete de la mañana, no había sido de ninguna manera buena idea.

Gakushuu hizo si rutina mañanera y bajo a desayunar. Abajo, en la mesa donde se comía estaba su padre sentado esperándolo. Es verdad, tengo que darle explicaciones... y a Ren también. Pensó el rubio fresa.

—Buenos días padre— dijo Gakushuu mientras se sentaba.

Padre. Ya era una palabra mucho más normal entre ellos, su relación si que había mejorado.

—Buenos días— dijo Gakuho mientras levantaba la vista del periódico. —Te vez horrible— dijo Gakuho como dato.

—Muchas gracias— dijo Shuu sarcásticamente, ya sabía lo mal que se veía, lo había visto en el espejo, tenía unas ojeras horribles, y al ser tan blanco se notaban muchísimo, no tenía ganas de peinarse y tenía un sueño horrible, pero no hacía falta decírselo.

—Y bueno... ¿Me vas a contar lo que pasó ayer, como terminaste en Kioto con Akabane?— Preguntó el progenitor.

Gakushuu miró a su padre, y de manera rápida, porque tenía instituto, pero detallada empezó a contárselo.

Le dijo como si relación con el pelirrojo había mejorado de sobre manera, como habían empezado a encontrarse apropósito en la máquina expendedora, y con mucha vergüenza, pero confiado por las palabras que le dijo su padre ayer acerca del delincuente, también le contó cómo empezó a sentirse levemente atraído hacia el alfa, y como ahora pensaba o mejor dicho sabía que le gustaba y como terminaron en Kioto porque Gakushuu aún no quería decir que era un omega que no era capaz de pelearse con Akabane porque sabía que iba a perder además de que lo quería.

La última parte Gakuho ya la había deducido el día anterior al haber olido la esencia de los dos cachorros, y por eso le dijo lo que le dijo acerca de Karma en el coche, aunque no se esperaba que su hijo lo admitiera, aunque eso le alegraba.

—Bueno, obviamente no voy a ignorar el hecho de que te hayas saltado clase y que hayas despareció durante un buen rato, pero bueno, por ahora quedas liberado— dijo el director.

Gakushuu agradeció a su padre un poco de todo, después se levantó, se cepilló los dientes, agarró su mochila se fue al instituto contento.

Cuando llegó fue recibido por un Ren que se podría decir que no estaba tan contento como él.

—Hola...—dijo Gakushuu un poco nervioso, digamos que Ren enfado no era muy bonito, y Ren enfadado alfa menos.

—Y... ¿Tienes algo que contarme?— dijo Ren.

—Sí— dijo Gakushuu sin dudarlo.

—Pues aprovechemos el momento que tenemos antes de clase— dijo el castaño.

—Vale— dijo el oji amatista.

Los dos amigos empezaron a nadar por zonas en las que no hubiese nadie mientras que Shuu le constaba lo mismo que le había contado a su padre, además de añadir lo que le había dicho su padre de Akabane y como lo había sentido como una aprobación y como el silencio de su padre acerca de asunto esta mañana al contarle sus sentimientos solo lo había corroborado.

Ren, mientras escucha la historia cada vez le quitaba tensión al ambiente, se sentía feliz de que su amigo ya no se pelease con el delincuente de la clase E y que encima este estuviese haciendo que muchas de las inseguridades que tenia anteriormente su amigo se fueran, y que este estuviese feliz y ya no se sintiera tan miserablemente por su subgénero y sintiendo incluso feliz por él sabiendo que tenía más probabilidades con el pelirrojo siendo un omega.

Solo ver la sonrisa de su amigo hablando del pelirrojo le hacía sentirse muy feliz. A Gakushuu no le gustaba el pelirrojo, sino que estaba totalmente enamorado de él. Y aunque él mismo no lo supiera aún, Ren pudo darse cuenta de ello, al ver como le brillaban los ojos cuando decía lo bien que lo trababa Akabane.

Aunque al mismo tiempo Ren no había visto a Akabane, y le daba miedo que los sentimientos de su amigo no fueran correspondidos. Pero sabía que si el director había dado su consentimiento antes de que incluso Gakushuu le dijera nada, seguramente era por algo, y decidió confiar en ello.

El rubio fresa estaba muy feliz, pero no las que él pelirrojo que no poda dejar d pensar en él y el cual ya no creía que le gustaba el presidente del consejo estudiantil, sino q ir después de lo del día é anterior estaba totalmente convencido de que estaba totalmente enamorado de él, y era verdad y se le podía notar de lejos. Cosa que un pulpo muy cotilla no iba a dejar pasar.

—Bueno días Karma~— saludó el profesor de la clase E a su querido alumno.

Que mi especie sea débil no me obliga a mi a serlo (Karushuu omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora