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La radio se escuchaba de fondo con el casete de Hang On Sloopy de The McCOYS

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La radio se escuchaba de fondo con el casete de Hang On Sloopy de The McCOYS.

Mientras nosotros comíamos lo que Shibuki y Karube habían encontrado. Algunas latas de comida, una sopa de fideos caliente, bebidas y agua.

—Mi cuerpo volvió a revivir.—Recargue mi cuerpo con el espaldar de la silla en la que estaba y lancé un gran suspiro.

Ya había comido lo suficiente.

—No comíamos nada desde ayer.—Dijo Chota sonriente para después volver a absorber su sopa.

—¿Qué estaban haciendo ustedes cuatro cuando llegaron aquí?—Pregunto Shibuki mientras nos miraba a cada uno de nosotros—Cuando desaparecieron todos.

Chota, Karube y Arisu miraron a Shibuki al mismo tiempo, para después mirarse entre ellos cómo viendo quién hablaba primero, a lo cual Arisu respondió.

—Estábamos en un baño.

—¿Qué?—Pregunté confundida.

—Conversábamos en el mismo cubículo.—Respondió tranquilamente mientras veía a Shibuki.

—No entiendo qué está pasando.—Shibuki contestó confundida dirigiéndole una mirada a chota.

—Yo tampoco entiendo.—Dije al igual que ella, pero sonreí de medio lado por cómo lo habían dicho.

—¿Qué hay de ustedes?—Karube preguntó ciertamente intrigado mientras paseaba su mirada entre las dos.

Yo fui la primera en hablar.

—Estaba en un vestidor, probándome un vestido.—Dije con simpleza mientras.

Los demás solo asintieron.

—¿Y tú?—Dirigí mi mirada a Shibuki.

Ciertamente, no me fiaba de ella, por alguna razón, creó que fue la manera en la que se dirigió a mí al principio.

Dirigió la mirada hacia mí, para quedarse pensando un rato.

—Trabajaba.—Aparto su vista de mí.—Estaba en la sala de reuniones organizando el material del trabajo.

No me la creía, al quitar su mirada de mí y ver cómo su voz lo decía con cierta inseguridad, estaba mintiendo, no tenía dudas.

Pero la dejé pasar.

—Y de pronto desapareció toda la oficina.

—¿Vistes u oíste algo?— Preguntó Arisu con cierto interés en saber su respuesta.

—No me acuerdo.—Fue lo único que dijo mientras negaba con su cabeza.—Llegué aquí hace tres días, y de la nada me hicieron unirme al juego como a todos. Todos murieron, menos yo.

—¿Usaste a todos de carnada?—Preguntó Karube con cierto tono desafiante hacia Shibuki.

Algo pasaba aquí y yo no estaba enterada.

MIND GAMES ' CHISHIYA SHUNTARŌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora