𝐌𝐈𝐍𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄𝐒 | Apenas la vio entrar por esa puerta, su aroma a fresas y su mejillas levemente sonrojadas la hacían ver tan inocente y aunque no lo aceptará en voz alta. Ella era su perdición.
Tristemente las cosas nunca duran para siempre ¿No...
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Un pequeño quejido salió de mi boca haciendo que llamara su atención.
—¿Te encuentras bien?—Se puso de pie mientras me miraba.
Asentí.
—No, creó que me ha disparado en el hombro.—me quité la polera para solo quedar con una franelilla, todo eso mientras la mirada de Chishiya seguía en mí.
La bala estaba ahí, mientras veía como la sangre salía.
—Definitivamente, no me encuentro bien.—Dije para sentir un leve mareó y caer en el piso.
Rápidamente, se acercó a mí y como pudo agarro la polera y con las mangas de ellas mismas hizo un amarre en mi hombro mientras apretaba bien, a lo cual solté un leve quejido de dolor.
—¡Alguien que venga!—Era la voz de Arisu.—¡La zona segura está en el apartamento 406! ¡Es imposible terminarlo solo! ¡Se necesitan dos personas!
—¿En serio?—Dirigió su mirada así mi—Quédate aquí y no te muevas.—se levantó y antes de girar el picaporte me miró.—Por nada del mundo te llegues a dormir.
Y sin esperar alguna respuesta mía, entró.
¡Genial!
Mi cuerpo se sentía cada vez más débil, mis labios resecos y solo podía sentir el fuerte dolor de la bala enterrada en mi hombro junto con la presión de la polera.
Necesitaba a un médico o a alguien que pusiera quitar la bala y desinfectarla con urgencia.
Después de unos minutos de que Chishiya haya entrado a la habitación, solo podía oír los disparos y gritos de Arisu.
Necesitaba hacer algo, si este iba a ser mi último día aquí, por lo menos debía hacer algo por los demás.
Cómo pude me levanté, mientras sentía punzadas en mi brazo, abrí la puerta para encontrar a Chishiya escondido a un lado de la otra puerta.
Vi su mano y noté que tenía el electrocutador que había utilizado anteriormente. Rápidamente, me acerqué a él y se lo quité de la mano para después entrar a la habitación donde Arisu luchaba con el sujeto.
Me tiré al suelo, el dolor había quedado en segundo plano por la adrenalina del momento, agarre su pie velozmente y lo electrocute haciendo que la cosa callera al piso, al igual que Arisu.
Y justo por el rabillo del ojo pude notar como una chica ya hacia adentro esperando tocar el botón.
—Tres... Dos...
Mis ojos se cerraron, moriré.
—Uno
Oí, el sonido de algo caer.
No abrí mis ojos del miedo.
Sentí como alguien me agarró del brazo no herido y me echo para atrás, pensaba que era la cosa y abrí mis ojos apresuradamente para atacar.
Pero solamente era Chishiya.
—Lo lograron.—susurro levemente hacia mí, mientras me miraba fijamente, a lo cual quité mi mirada de él para mirar a mí al rededor.
Era una chica, la cosa era una chica. Su máscara había caído. Arisu y la chica de cabello corto seguían tirados en el suelo, al igual que yo.
El sonido del teléfono de Chishiya fue lo que me puso alerta.
Juego terminado. Felicidades.
Mire a Arisu y solo pude ver cómo su mirada se enfocaba en la chica que anteriormente utilizaba la máscara de caballo.
Se movió lentamente, está quedar sentada, su rostro expresaba terror y desesperación, su vista estaba en el techo haciendo que pudiéramos notar que tenía un collar el cual mostraba una luz color azul.
—Disculpa...
De un momento a otro la voz de Arisu fue interrumpida por la explosión del collar que tenía.
La sangre se esparció por todos lados haciendo que me cubriera con mi brazo izquierdo en el rostro.
El cuerpo ya muerto de la mujer calló a un lado de mí y solo podía pensar en que cojones acababa de pasar.
Mi cara de horror, mis manos y pantalón ya hacía llenos de salpicaduras de su sangre.
Me quería ir de aquí, ya no quería jugar, no así.
Observe como Arisu se levantó para salir rápidamente del lugar pasando, por un lado, de mí.
Estaba asustado y lo entendía completamente.
Justo cuando me iba a parar vi una mano asomándose en mi campo de visión, a lo cual ya sabía quién era, no levanté mi vista y rápidamente agarre su mano haciendo presión y esfuerzo para poderme levantarme haciendo que quedara muy cerca de él.
Lo miré y rápidamente le agradecí para salir de ese lugar.
Pero mis pasos fueron detenidos.
Vi como la chica del cabello corto pasaba por nuestro lado para salir igualmente del lugar.
Mire a Chishiya para después mirar su mano que hacía una leve presión en mi brazo.
—¿Necesitas algo acaso?—le pregunté.
Él asintió a mi respuesta.—Necesitas que alguien te cure ese hombro.
—¿Eres doctor?
—Conozco un lugar en donde te podrían curar, pero solo tendrás que ir tú.
Fruncí mi ceño.
—Lo siento, pero eso no será posible.
No pensaba dejar botada a chota, él también necesita a alguien que lo curará como se debe.
Me safe de su brazo bruscamente para darme la vuelta y poder salir del lugar, pero lo que dijo hizo que mis pasos se detuvieran abruptamente.
—Kuina está aquí, exactamente en ese lugar, si la quieres ver—sentí como se acercó y se puso a mi lado mientras me tendía un walki talkie—Podremos comunicarnos por aquí y quedar en vernos en algún lugar para que puedas verla.
—¿Cómo sé que no es mentira lo que dices?—Lo mire desafiante mientras él tenía sus ojos fijos completamente en mí para dirigir una media sonrisa.
—Le diré que se comunique contigo atreves del walkie talkie, 10p.m. Ni más adelantado, ni más atrasado. Tienes que estar al pendiente.—su mirada se apartó de mí para mirar a la señora ya muerta en el piso.
—Juro que si eso es una trampa, te mataré.
Y esas fueron mis últimas palabras antes de salir de la habitación y déjarlo completamente solo.
