La señora Kim, una viuda que había quedado con grandes deudas financieras luego de la muerte de su esposo, soñaba con que su hija tuviera la vida que ella no había podido en su momento: un buen hombre con el cual casarse; de porte elegante y apuesto; con una familia decente y buenos modales; una carrera universitaria y una casa cómoda que ofrecerle, pero sobre todo, muchos billetes que le hicieran mucho más fácil la vida.
Ella nunca había sido de bajas expectativas, grandes ínfulas impuestas por su madre desde pequeña, las mismas que trataba de inculcarle a MinJeong, una joven que era todo lo que ella no quería que fuera, una fiel copia de la persona con la que había tenido el disgusto de casarse y luego enviudarse.
MinJeong no era soberbia, mucho menos codiciosa, ella tenía gustos muy simples, más allá de vestir con prendas de último modelo, portar un rostro y cuerpo angelicales, sacudir su largo y sedoso cabello claro en cada lugar al que asistía, por dentro solo le gustaba sentarse a ver un maratón de Toy Story mientras comía un tazón repleto de frituras con ketchup. Ella no amaba el dinero, no disfrutaba de los lujos, una camiseta tres tallas mayores con el estampado de alguna banda de rock eran el mejor regalo ante sus ojos.
Pero claro, su madre nunca iba a permitir que vistiera esos desastrosos harapos para hippies sin clase.
Frente a todos MinJeong era una señorita perfecta, la chica codiciada e inalcanzable que tenía mucha presencia en los pasillos del instituto, aquel mismo lugar en el que lloraba dentro de un cubículo para liberarse del estrés causado por la presión de su madre.
"Debes tener los mejores promedios en todas tus materias"
"Camina recta, pareces cualquier cosa menos una dama"
"Quítate eso, mejor usa esta falda de tablas"
"De ninguna manera señorita, no irás a holgazanear a ese lugar, mejor programa otra clase de arte con la señorita Jeon"
Cada una de ellas e incluso más frases entrando en su cabeza cada día, simplemente se estaba volviendo una tortura para su joven presencia de dieciocho años, ella era una niña en el cuerpo de una mujer, viviendo una vida de adulta y tratando de alcanzar los altos y estúpidos estándares de su madre.
No tenía muchos amigos, los pocos que había logrado hacer salieron despavoridos de su casa al encontrarse con ese rostro tan temido por la señora Kim.
Ning YizHuo y Choi YeonJun eran los únicos que habían logrado sobrevivir a las innumerables pruebas puestas por TaeYeon para alejarlos de su hija, ya que consideraba que todo adolescente de su edad era una mala influencia para su superdotada princesa.
Sus intentos no habían desaparecido, tan solo eran menos notables, sin embargo, no evitaban que MinJeong tuviera severas discusiones con su primogénita por sus infantiles comportamientos.
Al menos, para cuando el fin de curso llegó, TaeYeon decidió hacerse a un lado para no interrumpir en lo que consideraba lo más importante en la vida de MinJeong. Sus estudios.
Claramente, ese espacio y sensación de libertad no duraron demasiado, para cuando el verano comenzó la señora Kim ya tenía nuevos planes en mente.
Comenzaría la búsqueda del que sería su futuro yerno, ese perfecto príncipe que siempre había soñado, aquel que acabaría con los problemas con los que tenía que lidiar actualmente, los mismos que ella había causado por exigir tanto en tan poco tiempo.
"Mamá no quiere un buen muchacho, ella solo necesita un hombre rico".
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rich man. ♡̶ winrina [PAUSADA]
Fanfiction٬ 愛 ⨾ la madre de minjeong siempre quiso que su hija se casara con un hombre rico. jimin era millonaria, una mujer, pero la reina en el mundo de los hombres. ❛ cariño, no soy un hombre, pero puedo hacer lo mismo e incluso más que ellos. ❜ ໒ y.jm to...