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Tragó saliva, con su mano derecha se aferró al barandal frío de la escalera y comenzó a subir, muy lento, teniendo una dificultad realmente notoria; en esos momentos no parecía llevar sus lindas zapatillas blancas, sentía sus tobillos doblarse y sus rodillas flaquear como si sus pies portaran zapatos de por lo menos veinte centímetros de elevación.

Menos mal JiMin no estaba allí para verla, sería demasiado vergonzoso que presenciara cómo entre tropezones cruzaba por el pasillo rumbo a la habitación, lugar que no tenía idea de dónde quedaba. Se paró justo en medio del segundo nivel, sabía que la primera puerta a la derecha era un baño, dos más adelante estaba el salón de juegos y del lado contrario se encontraba el cuarto en dónde había dormido junto a NingNing.

— ¿Perdida, señorita?

La voz detrás suyo le hizo dar un brinco y soltar un agudo chillido, Yoo no tardó en carcajear con burla, MinJeong era tan adorable que solo quería abrazarla.

— ¿Dónde estabas? — le preguntó a la
recién llegada.

— En mi cuarto, ¿no sabes dónde está?

— No — dijo de manera casi obvia.

— Oh, pensé que tal vez lo recordarías, bueno, ven sígueme.

¿Recordarlo? ¿De qué hablaba? Quizá JiMin estaba confundida, o solo quería jugarle una broma, pero de igual manera no planeaba quedarse con la duda.

— No podría recordar un lugar en el que no estuve.

Sus pasos se reanudaron, esta vez siguiendo el pasillo que conformaba todo el balcón superior, el mismo dónde la pelinegra había observado su "espectáculo". Apenas notó la puerta, esa noche de la fiesta estaba todo muy oscuro, aún así, le extrañó no haberla visto antes.

— Pues yo creo que sí. — llevo su mano al pomo y lo giró — Pasa.

Un ligero aroma a limón llenó sus fosas nasales, el espacioso lugar de paredes blancas adornadas de discos de vinilo y algunos posters enmarcados de películas o bandas le llamaron la atención. Avanzó por cuenta propia, la cama con un detallado trabajo de madera barnizada le cautivó, una linda araña de cristal colgaba del techo, posiblemente como una adorno más, puesto que la verdadera iluminación provenía de las modernas lámparas ubicadas en la pared a cada lado de la cabecera de la cama.

El sonido de la puerta cerrándose logró que girara la cabeza para encontrarse con su mayor, allí estaba esa linda sonrisa vanidosa surcando gran parte del bello rostro.

— Me gustan tus discos.

— Oh, muchas gracias, soy algo amante de lo vintage.

— Lo he notado, tienes buen gusto.

— Claro — los oscuros ojos marrones la miraron de repente, con discreción la repasaron de arriba a abajo mostrando una chispa juguetona.— Lo tengo.

rich man. ♡̶  winrina [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora