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MinJeong despertó la mañana del domingo por el sonido de su celular sonando con insistencia, su cuerpo se sentía pesado, incluso le costó mucho más que otras veces quitarse la almohada de la cabeza y sentarse en la cama. Al hacerlo, un fuerte dolor de cabeza le impidió abrir los ojos, los cuales se encontraban un tanto desenfocados y muy cansados.

— Demonios — soltó por lo bajo, le dolía todo el cuerpo y se sentía como si la habitación le diera vueltas.

La luz entrando en gran cantidad por el cuarto no le ayudaba en absoluto, pero, restándole importancia se dispuso a buscar su teléfono, que por suerte estaba vibrando sobre la mesa de noche.

La pantalla se iluminó de nueva cuenta, seis llamadas perdidas de su madre, joder, iba a matarla. Sin dudarlo le marcó, su voz rasposa respondiendo al tono un tanto molesto y preocupado de la Kim mayor.

— Mamá, buenos días.

— ¿Buenos días?, señorita, ¿tienes acaso idea de qué hora es?, ¿por qué no me llamaste ayer?, ¿está pasando algo? —

Demasiadas preguntas a la vez, la rubia se llevó una mano a la cabeza y masajeó como pudo su cien, apretó los ojos, tenía ganas de mandar al demonio a TaeYeon, pero no podía.

— Lo siento, estaba ocupada.

— ¿Ocupada?, pero si ya no tienes clases, ¿qué me escondes MinJeong?

Se sentía enferma, jamás había tenido tanto mal estar por la mañana, y estaba segura que tampoco por la tarde o la noche.

— Sí, la señora Kang y yo fuimos a hacer un par de compras, luego limpié un poco mi habitación, tenía algunos libros que ya no necesitaba y los llevé a un centro de donaciones.

Para su mal estado, estaba llevando la situación con bastante calma siendo que ella no podía mentir.

— Ya veo, ¿y por qué te escuchas así?

– Creo que lo que comí anoche me hizo mal, me duele un poco el estómago — llevando una mano a esa zona, masajeó sintiendo como todo su ser se revolvía y las ganas de vomitar le asaltaban de repente.

— ¿Acaso no seguiste tu dieta?

— Sí, pero no sé que pasó, ¿por qué llamabas?

— Quería avisarte que las cosas aquí se complicaron, me quedaré hasta el viernes, qué desastre, pero estoy segura de que puedo regresar si digo que estás enferma,yo podría-

— ¡Mamá! — habló entre dientes ya casi sin aguantar. — Estaré bien, no te preocupes, tómate tu tiempo, prometo llamarte.

— ¿Segura?, estoy segura de que mi jefe...

— De verdad mamá, ahora si me disculpas, las tostadas se me están quemando, adiós.

Una mentira más y colgó, el celular voló al otro extremo de la cama y ella corrió como pudo hacia el cuarto de baño dentro de la habitación. Apenas arrodillarse frente al inodoro su estómago se vacío con tal fuerza que hizo retorcer a su delgado cuerpo. Estuvo allí un tiempo, cuando por fin pudo ponerse de pie, sudando y muy débil, se acercó al lavabo para mojar su rostro y lavarse los dientes.

rich man. ♡̶  winrina [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora