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Un pequeño quejido escapó de los labios de la coreana menor, no esperaba esas acciones, mucho menos que su cuerpo reaccionara por sí solo, apenas pudo notar cuando sus manos se aferraron a los hombros de la mayor y la apretaron inconscientemente hacia adelante.

— Nunca me había pasado, pero desde que te vi supe que necesitaba estar cerca de ti.

La voz ronca y baja retumbó en sus oídos, hasta ahora había notado lo grave que podía ser ese atrayente sonido, cada palabra siendo acariciada contra el paladar y soltaba con total confianza.

— Tu rostro, tus ojos, esas mejillas rojas — suspiró contra su cabello—. Todo en ti es como un maldito sueño y estoy segura de que no estás aquí por casualidad.

La presión ejercida entre sus cuerpos fue disminuyendo poco a poco por parte de la mayor y aumentando por parte de MinJeong, necesitaba aferrarse a algo que le impidiera caerse de rodillas sobre el duro suelo de la cocina.

— Me miras como si no me soportaras, pero estoy segura de que no quieres soltarme, puedo sentir tus uñas en mis hombros, y eso me gusta.

La muchacha se mordió el labio, un maldito juego de labia la estaba desesperando al punto tal de que ya nopensaba con claridad, su mente estaba puramente llena de la voz de JiMin, de su olor, de su calor.

Maldito el momento en que había decidido no pedirle al taxi que volviera a su casa.

Sus manos se apretaron ahora a su espalda baja cuando la respiración de JiMin se instaló entre el hueco de su cuello y hombro, la punta fría de su nariz cosquilleando en el área sensible.

— Antes me preguntaste si esperaba algo más y te dije que no, pero ahora MinJeong, no sabes las cosas que estoy pensando sobre ti y sobre mí.

La rubia tembló y gimió cuando sintió un beso justo en el lunar sobre su cuello, fue leve, pero estaba tan sensible que podría desvanecerse cual cenizas en el viento entre los brazos y toques traviesos de su mayor.

— Quisiera quitar esos lindos y ajustados jeans, cariño, estás tan indefensa, acéptalo, no puedes competir conmigo.

Otro beso y MinJeong no pudo soportarlo más, con fuerza tomo los costados de JiMin, y cuando la pelinegra creyó que iba a empujarla con la fuerza suficiente para derribarla de espaldas, las delicadas manos femeninas le atraparon el cuello de la camisa y la jalaron hacia el frente.

Yoo casi gritó cuando sintió como esos blandos y apetecibles labios se posaron sobre los suyos y se movieron con fuerza y una torpe inexperiencia por apenas unos segundos. No tuvo tiempo de responderle el beso, se había quedado como una piedra, incluso no había sido capaz de cerrar los ojos.

Joder. Yoo JiMin se había visto como una niña en su primer beso, cuando en realidad, era Kim quién había dado el suyo en un impulso de callar su sucia y arrogante boca.

rich man. ♡̶  winrina [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora