01.

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Un nuevo día había sido escrito, "_____" se encontraba tomando el desayuno, con todos los de Bonten quienes habían tenido una reunión horas antes de que ella bajara a desayunar, todo era agradable, no habló a menos que se le dieran la palabra, mirando a todos con una mirada inocente, pero cada vez que sus orbes azules tocaban con la mirada a Marayu intencificaba aquella frialdad que hacia que la mujer se le pusieran los pelos de punta, pero no pasaba desapercibida por los Haitani's, ya veían estos que Marayu no era agradable para la adolescente.

- ¿Qué me ves tanto mocosa estúpida? - soltó la pelinegra, enojada por la situación, no se iba a dejar intimidar con una mocosa, ella era la que tenía el poder ahora.

"______" ignoró el comentario de Marayu, la albina comía tranquilamente su desayuno mientras tenía la vista pegada a la mesa de roble oscuro y rasgos refinados.

Claro que esto hizo enojar más a la pelinegra, quien se levantó de su silla y tomó el vaso con refresco dispuesta a lanzarselo a la adolescente, dándole igual a las advertencias de las personas que la rodeaban, no le importó nada.

La albina soltó una risa nasal y miró a Marayu con burla mientras bebía se taza de chocolate caliente, no lo pensó dos veces cuando se lo tiró a la mujer quien gritaba de dolor por lo caliente que era, los demás se asustaron por el acto que había cometido la joven, mientras que Marayu se fue corriendo al baño para echarse agua fría seguida de Sanzu, quien antes de irse miró a la adolescente con una advertencia.

- Ouh... Mi chocolate caliente - se quejó la albina tomando asiento de nuevo en la silla al lado de Mikey, está al sentir su mirada lo miró asustada pensando que estaba en problemas por arruinar el desayuno - discúlpeme, señor Manjiro, no quise hacerlo y arruinar el desayuno - inclinó la cabeza algo incómoda.

- Estuvo bien... - habló Mikey con una sonrisa en sus labios, sorprendiendo a los demás por el pequeño elogio que le dió a la albina.

"______" lo miró y sonrió, esta miró a los demás y estos desviaron la mirada rápidamente ignorando el hecho que de ahora había persona favorita para su jefe, le quitaron el puesto al mandatario número dos.

La albina regresó su mirada al plato que tenía al frente y tomó el tenedor dispuesta a tomar un trozo de sandía, pero al escuchar unos pasos apresurados detrás de ella decidió girar su cabeza, pero antes de hacerlo la tomaron de la coleta alta que tenía fuertemente, jalaron de esta haciéndola caer de espaldas de la silla y al mirar a Sanzu detrás suyo gruñó de enojo.

- ¿¡Qué mierda haces mocosa!? No te metas en problemas porque haces que yo también los tenga estúpida mocosa, tampoco ponerle un dedo a mi esposa, harás que te mate por enojo - bufó el de cabellos rozados forzando más su agarre.

Senju se levantó de su silla dispuesta a detener a su hermano quien ahora estaba en descontrol por la perra de su esposa, pero antes fue detenida por un arma que fue cargada, era perteneciente a Mikey, este le apuntaba directamente en la frente a Sanzu, el cual no pasó desapercibido el arma que ahora le apuntaba, quitó su vista de la joven y la pasó a su rey.

No entendía porque actuaba así ¿Por qué le importaba esa mocosa?

- Suéltala, Sanzu, o me veré obligado a disparar - amenazó Mikey con voz autoritaria.

- Mi rey, esta mocosa ha causado desastre en el desayuno, ha quemado a mi esposa con chocolate caliente, yo... - fué interrumpido.

- Me importa un carajo tu mujer, no ves que ella comenzó primero, merecía un castigo por hostigosa, más que eso sería - recalcó aún con el arma alzada.

"______" aún en el piso se quejaba por el dolor que tenía en su cabeza, Sanzu no decidía en soltar su cabello, pero a como veía le iba a arrancar toda la cabeza todo por un capricho de mujer ofendida por la mirada de una simple mocosa. Patético.

La albina bufó y con dolor en su espalda se removió en el piso, alzó un poco su pierna dándole directamente en la parte baja de su padre, quien de golpe soltó su cabello, haciendo que tuviera ventaja en levantarse rápidamente e ir a su habitación corriendo sin importar el llamado de Mikey, se encerró en esta y después asegurase en el gran baño que tenía en su habitación.

«Que tonta soy» pensó frustrada y se enrrolló en una esquina de la habitación tapándose los oídos.

Odiaba los gritos.

Pasó mucho tiempo en esa habitación, con miedo de lo que podría pasar, pensaba que era poco lo que decían del que era su padre, pero Sanzu era un tipo de temer y toda esa seguridad que había traído consigo se había esfumado.

***

La puerta de aquel baño se abrió lentamente, de ahí se vió la figura delgada de Mikey, este al ver a la albina dormida en una esquina de la habitación, exactamente dentro de aquella regadera, con sus piernas encogidas y sus brazos en su cabeza ocultando su rostro, estaba en una posición incomoda.

Dió unos pequeños pasos y abrió la puerta de cristal, se colocó de cuclillas y tomó en brazos a la albina, quien se removió en los brazos del cenizo, pero aún sin abrir los ojos.

La llevó hasta la cama y la arropó para dormí, se veía cansada y sus ojos estaban hinchados, la habían hecho llorar y eso no le gustaba, podía ser un hijo de puta, pero los niños eran su debilidad, no quería que dañaran a esa pequeña, quería protegerla, quería hacer lo que nunca pudo con su hermana.

No iba a permitir que esa niña tuviera tantos abusos por parte de sus subordinados, más de Sanzu y la perra de Marayu, sabía que esa mujer era una casa fortunas y no era de fiar, pero su número dos no abre los ojos para ver qué clase de mujer era esa.

Él se aseguraría de que "______" sea del agrado de Sanzu y que este la noté como hija.

┖Fin del capítulo┒


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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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~Smailer-Shimura

𝑊𝑟𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟: 𝑆𝑘𝑎𝑟𝑙𝑒𝑛𝑡ℎシ︎

PAPÁ | 𝑯𝒂𝒓𝒖𝒄𝒉𝒊𝒚𝒐 𝑨𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora