19.

737 85 6
                                    

El señor Kokonoi y yo llegamos a nuestro hogar en menos de media hora. Le había comentado mi historia junto a Ishiko y como este posiblemente pudiese hacerle daño a Seishu porque estaba loco.

No se lo tomó tan mal a como lo había pensado, pero lo que si le causaba molestia es que ese psicópata estuviera con su esposo. Ambos entramos por la puerta principal con rapidez y fuimos hasta la sala de estar, Seishu estaba sentado con una taza de té en mano, justamente frente a él estaba Ishiko, tenía la mirada perdida y se veía triste. Observo su ropa, pero ya no había rastros de sangre, suspiré aliviada y apenas lo hice Ishiko me miró asombrado, se levantó de su asiento y se acercó a mí con rapidez, abrazándome con tanta fuerza que sentía que mis huesos podían quebrarse, se aferró a mí y empezó a llorar en mi hombro.

Me quedé helada y con algo de pesar, sintiendo la mirada del señor Kokonoi y Seishu en mí, acaricio su cabello para tratar de calmarlo.

La verdad que para consolar personas no soy buena, pero en este momento traté de hacer lo mejor que pude.

—Ishiko... ¿Qué ha sucedido? Puedes contarme lo que pasa, tú tranquilo.

Mis palabras salieron firmes, aunque en ese momento no me encontraba así, me sentía frustrada y con algo de miedo, para que mentir en eso, pero de igual forma no quería verme como una insensible.

Ishiko, sin mirarme habló, su voz estaba entrecortada a causa de haber llorado en mi hombro por varios minutos.

—Han.... Mi... Mi madre a muerto... — lo escuché murmurar, ¿cómo que su madre había muerto?, ¿cómo era eso posible?

Me quedé en silencio por un par de segundos, analicé con atentamente sus palabras tratando de agarrar las mentiras en ellas. Por una extraña razón no me sentía convencida de sus palabras,  sentía que mentía y eso me aterraba.

Miro al señor Kokonoi y este me hace una seña con la cabeza para que lleve a Ishiko conmigo, lejos de ahí, así que opté por llevarlo a mi habitación. Tomo su mano y lo hago seguirme en silencio, sintiéndome algo incómoda por el ambiente tenso, pero traté de ignorarlo.

Al llegar a mi habitación lo hice acostarse en mi cama, trató de no mirarme porque sé sentía apenado, pero lo evité, tomé su mentón y le sonreí con calma, tratando de transmitirle seguridad.

—No te sientas apenado, Ishiko, no me burlare de ti por llorar.

Dicho esto sus ojos se cristalizaron y empezó a llorar sin consuelo como un niño pequeño. Me acerqué a él para abrazarlo y darle consuelo.

—No... No sé como pasó... Llegué a casa y papá... Papá me dijo que mamá estaba gravemente herida cuando llegó... Y... Y... Horas después murió por falta de sangre... — me miró con tristeza, haciéndome tragar saliva.

¿Por qué sentía que mentía?

Me quedé en silencio procesando sus palabras, acariciaba su cabello albino con cariño, aunque mi mano temblaba levemente en este momento.

Tenía tanto que pensar en este momento que casi me olvidaba de la conversación que había tenido con Sanzu hace pocas horas, estaba concentrada en encontrarle alguna mentira a las palabras de Ishiko, porque sí, no estaba convencida para nada... No le creía.

Al ya no escucharlo llorar lentamente lo separé de mí y lo hice acostarse en mi cama para que pudiese descansar, negándose rotundamente a dejarme, por lo que con una escusa tonta pude salir de la habitación e ir con Kokonoi y Seishu, todo para que Kokonoi contactara a Izana y así descubrir la verdad porque sabía que él mentía.

—Je... Ishiko... Iré a prepararte algo para cenar, debes de estar hambriento... — decía mientras caminaba hacía la puerta, pero Ishiko se levantó y me detuvo ante seque girara el plomo de la puerta.

PAPÁ | 𝑯𝒂𝒓𝒖𝒄𝒉𝒊𝒚𝒐 𝑨𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora