21.

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Y aquí estaba yo, huyendo de 4 tipos que hace más de 5 minutos me venian persiguiendo, hice todo lo posible para despistarlos cuando lograba tener delantera, pero el cansancio y dolor de pecho me hizo detenerme, cosa que me costó la libertad que tenía minutos antes de caer inconciente al piso.

[•••]

Desperté con un agudo dolor de cabeza, me sentía mareada, con cansancio en todo mi cuerpo y hambre, mucha hambre. Me levanto de la cama con cuidado y algo de pereza e inspecciono mis alrededores, era una habitación lujosa y grande, algo gélida debido al aire acondicionado que se encontraba encendido y con un leve olor a polvo.

¿Dónde demonios me encontraba? No recordaba haberme ido a algún lugar que no fuese mi hogar, o haber sido secuestrada...

Mierda... Ishiko lo hizo de verdad, si logró llevarme con él.

Llegué hasta la puerta y traté de abrirla pero estaba con llave. Ese imbécil...

—¡Demonios, abre la maldita puerta, Ishiko! — la golpeo con fuerza, sabiendo que es imposible forzarla, pero al menos intentaría llamar su atención cosa que si hizo.

Un par de minutos después la puerta se abrió, dejando a la vista a Ishiko con traje negro un la mirada algo cansada y fría, traía un vaso de leche y galletas en mano.

—No es necesario golpear la puerta tan fuerte, de todos modos nunca lograrás botarla. — se acercó a mí y tomó asiento en el suelo cerca de la cama, justo donde me encontraba ahora—. Debes de tener muchas preguntas, ¿no? Las responderé con todo gusto, quiero escuchar tu linda voz, "_____" después de todo el tiempo nos sobra.

No lo miré, tomé el vaso de leche y las galletas algo dudosa, se veían deliciosas, pero me daba cierta desconfianza consumirlas, la idea de que tuvieran algún sedante o droga me pasaban por la mente, pero el rugir de mis tripas me daba indicios que debía de comer algo de imediato.

Apenas el sabor dulce de las galletas llegó a mi paladar solté un pequeño suspiro de satisfacción, no sabía que tanto tiempo estuve aquí, pero el hambre me estaba matando. Apenas termine dejé el plato y vaso de lado y seguí mirando el suelo en silencio, la presencia de Ishiko me era incómoda, ahora lo era, después de todo tenía a un asesino a mi lado, esta situación me era terrible.

—¿Dónde estoy? — pregunté dudosa, aunque algo me decía que este era su hogar.

—Filipinas...

¿¡Filipinas!?, ¿qué chuchas hago en otro país?, ¿cómo lograron sacarme y cuándo lo hicieron?

—¿Y yo que hago aquí? Si que estás mal de la cabeza, Ishiko. No quiero ser reportada. — lo miro molesta. Él rueda los ojos.

—No seas llorona, que no se te olvide que yo soy hijo de un mafioso, "_____" obvio que te cruzamos ilegal, pero no te preocupes, con dinero se resolvió ese problemita. —sonríe y se acerca a mí para tomarme de las mejillas—. Agradecele a tu papi Sanzu el porque estás aquí, yo te amo demasiado, pero el hecho que ese hijo de puta le haya disparado a mi papá no se lo perdonaré.

—¿Y yo que tengo que ver con eso? — hice una mueca.

Ishiko se quedó en silencio dudando y luego me volvió a mirar, esta vez con algo de malicia.

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⏰ Última actualización: Oct 01 ⏰

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PAPÁ | 𝑯𝒂𝒓𝒖𝒄𝒉𝒊𝒚𝒐 𝑨𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora