Prólogo.

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En Reino Unido todos sabían quién era el jugador estrella que siempre anotaba en los partidos. Había niños corriendo por las veredas con una camiseta que llevaba su nombre impreso, aficionados esperando por sus partidos y un séquito de enamoradas siguiéndolo por todas las redes sociales.

Y es que la carrera de Julián Álvarez estaba en auge y escalando como una montaña rusa sin tope.

Aquel joven nacido en un pequeño pueblo de Córdoba sostenía al mundo entre sus manos.

Y soñaba con aún más.

Solo unos cuántos partidos se interponían entre él y su meta de ganar un balón de oro, el mayor reconocimiento para un jugador de fútbol.

Todo parecía excelente.

Hasta que otro nombre comenzó a escucharse entre las calles. Un nuevo jugador estrella llegaba para opacar el ascenso estrepitoso del delantero del Manchester City.

Es que ahora Enzo Fernández era quien también estaba en boca de los aficionados; con su carácter seguro y sonrisa confiada compraba a cualquiera que lo conociera.

Julián al conocerlo no sólo siente un instantáneo rechazo, sino también unos profundos y crecientes celos.

Ahora sabría que para ganar su tan ansiado premio tendría que pelear; pelear mucho más fuerte.



—Vos y yo no tenemos nada en común —espetó el delantero con bronca, colocando su dedo índice en el pecho del moreno— Así que no te compares, gil.

Enzo esbozó una sonrisa, y de un movimiento tomó en puño el cuello de la camiseta de Julián; acercándolo de un tirón a su cara.

—Sí que tenemos— dijo desafiante y lo miró de arriba a abajo, —Porque yo a vos te gusto. Y vos a mí también.

manchester - julián álvarez, enzo fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora