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capítulo 2: river.

Ese día Julián estuvo distraído todo el entrenamiento. Haalan se había preocupado por él, acercándose un par de veces para chequear que se encuentre bien.

El delantero se enojaba aún más cuando venían a preguntarle qué le pasaba, porque eso significaba que sí pasaba algo. En su cabeza estaba perfecto, perfectamente sereno y normal. Cómo un día cualquiera. Pero sus compañeros viniendo a preguntarle si sucedía algo lo descolocaba aún más.

No sabía porqué estaba así de alterado.

Se sentía como un histérico de primera.

Había errado dos goles esa mañana. Y para un random eso era aceptable, pero para Julián era el mismísimo pasaje de avión hacia su pueblo de vuelta. No podía permitirse bajar la guardia ni siquiera un ápice.

—¡Julián!— el llamado de su coach lo sacó del trance en el que se estaba metiendo y giró en su dirección —Vení. El resto siga.

Su corazón se aceleró un poco pero trotó hacia el edificio de todas formas.
Una vez al lado del coach se quitó la gorra, y se pasó la mano por el pelo para arreglárselo.

—Julián, vos sabes que sos el jugador destacado más joven que tiene el equipo— comenzó, y Julián asintió, dudoso y tímido —Por eso te elegimos para que hagas la publicidad con Adidas.

El se rascó la cabeza, sonrojándose.

—¿Yo?

En su mente el no era para nada alguien que quisieran poner cómo la cara de una marca, muy alejado de eso. Se consideraba bastante promedio para esas cosas.

El coach lo palmeó en los hombros enérgicamente, como despabilándolo.

—¡Por supuesto que vos! ¡Álvarez sos el candidato a balón de oro este año! —exclamó—Todos los chicos andan por ahí con tu remera, no podemos poner a nadie más.

Julián se sentía algo intimidado por la descomunal oferta, pero dudó y terminó asintiendo con la cabeza; aceptando. Sabía muy bien que decepcionaría al coach si la rechazaba, y a demás si no la aceptaba tendría que hacerla Haalan, y si se enteraba que tenía que hacer una publicidad sólo porque él no quiso le daría una paliza.

Luego de un par de charlas con los agentes de publicidad y los demás técnicos, Julián se fue a su casa exhausto.

Emilia le mandó una foto en el avión; de iba a Argentina para el cumpleaños de su hermana. Y Julián suspiró sabiendo que ahora tendría que estar completamente solo en la ciudad más fría del país.

Miró por su teléfono, y se le dió por buscar el perfil de Enzo.

Sentía un cosquilleo en la punta de los dedos cuando deslizaba por las fotos en su perfil, cómo si aquellos pixeles tuvieran textura. Y se encontró a sí mismo quedándose quizás demasiado tiempo haciéndole zoom a las fotos que Enzo tenía entrenando.

Había perdido la cuenta de cuánto había bajado por el perfil de aquel chico, pero las fotos del 2020 aparecieron. Julián sonrió cuando vio una foto con la remera de River Plate, y quizo agrandar la imagen, pero la torpeza hizo que el teléfono se le resbalara de los dedos y cayera en su pecho.

Se le aceleró el corazón y se apresuró en levantar el aparato de su pecho, tembloroso escaneó la pantalla solo para encontrarse con el peor de los escenarios; aparecía un like en aquella foto subida hace más de tres años.

Abrió los ojos como platos arrojando el teléfono al otro lado de la cama, incorporándose y llevándose las manos a la cabeza mientras maldecía ser tan pelotudo.

Dio varias vueltas en su lugar, rezándole al destino qué su like pasara desapercibido en las miles de notificaciones que seguro tenía Enzo.

Contó hasta cinco y agarró el celular.

Nada.

Dio un suspiro de alivio, y respiró con tranquilidad.

Dejó el celular, se hizo un sanguche, se bañó y cuando lo volvió a tomar para configurar su alarma, el alma se le cayó a los pies.

@enzojfernandez te ha enviado un mensaje.

"yo también extraño jugar en river ;)"

manchester - julián álvarez, enzo fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora