16. Palabras de un seguidor

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Namjoon le retira la tela que pusieron en su boca. No por temer que gritara. Los vecinos o gente más próxima ya debieron haber contactado a la policía. Los atacados ¡Fueron ellos! No habrá problemas. El verdadero motivo para amordazarla, es impedir que se muerda y arranque la lengua y no hable.

La mujer luce bastante tensa, pero no asustada. A duras penas, molesta. Namjoon pone las manos en los bolsillos de su bata de dormir y la mira fijamente a los ojos. E es una mujer de cincuenta años tal vez, en la frente está la estrella que han visto en todos lados, tapizando Londres. Cabello corto y andrajoso, vestimenta tosca a excepción de la túnica.

— ¿Tienes nombre?

—No.

—Que padres tan vagos. —mofa Yoongi cruzado de brazos. Ella le dirige una mirada repelente.

—Vine a este mundo no para seguir el camino de mis padres y su señor, sino el que me dio una misión y me dará un lugar en su reino—predica y Yoongi expone aburrimiento y asco. Lo considera una estupidez que, por desgracia, le recuerda a su pequeño tiempo con la monja. Siente que las únicas mujeres con las que habla, son religiosas—. ¡Y ustedes debieron ir con él también! —exclama alterada—. ¡Hoy debieron de haber ido con él! ¡Ser recibido en su frío reino a través de las ardientes flamas que nos ordenó esparcir!

Jimin sufre un escalofrió. Se relaciona muchísimo con lo que le dijeron en la universidad. Se pregunta si el tema del fuego, fue enteramente por su presencia y no porque fuese un "plan" específico para ellos en general.

—Así que eres una satánica—Concluye Namjoon, quien solo la dejó hablar—. ¿Perteneces a un grupo específico? ¿Son de Londres?

—Somos de esta villa perdida de la mano de Dios y rescatada por nuestro señor—Cataloga grandilocuente y hasta asqueada—. No somos satanistas, nuestro señor es salgo mucho más grande, más fuerte y hermoso que esa figura espantosa que ustedes han creado.

—Es bastante fea la que tienen idealizada, pero yo creo que es el más bello ángel que habitó el cielo—comenta Namjoon con ese tono tan encantador suyo. Ese con el que enamora a los estudiantes que ven clase con él—. Y cayó inevitablemente a una tierra menos sagrada, menos querida, pero que a la larga todos habitaremos por no ser queridos por Dios.

— ¡Ah! ¡TÚ LO COMPRENDES! —Taehyung, Jimin y Yoongi miran hacia ella y luego hacia Namjoon, impresionados ¿De verdad le está creyendo? Él es hipnótico por excelencia, pero haber caído justo en el discurso esperado y convencerla tan rápido es impresionante—. ¡ENTIENDES LO QUE QUEREMOS HACER!

—No. Porque nunca me han llevado a tomar ninguna misión—dice Namjoon mirando hacia arriba—. Solo he obtenido misiones de Dios, quien me deja pudrir en este triste país sin sol y sin calor... Por eso creo más en tu señor—afirma con una mano en el pecho—. Sería oportuno que me digas cuál es tu misión. —propone y Taehyung se gira para aguantar la risa.

¿Qué acaba de pasar? Pensaron que la iba a golpear, amenazar, cualquier otra cosa ¡No ha coquetearle! Ella lo percibe como un coqueteo, su mirada y postura la delatan. Por no mencionar que de ser diferente, no habría hablado más. Ya para este momento se habría mordido y arrancado la lengua.

— ¡No queremos más que enviar con él a sus elegidos! —afirma ilusionada—. A quienes merecen ir a su tierra, a quienes Dios a ha abandonado ¡Como ustedes! Homosexuales, artistas, forasteros que invaden otras tierras en las que Dios protege, pero en realidad, los olvida y maldice llenándolos de dolor y discriminación.

— ¿Por eso asesinan estudiantes?

—Los enviamos a su verdadero hogar.

—A través de armas que su señor les pidió usar.

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