11. Arreglos y ansiados encuentros

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— ¿Por qué tan nervioso?

Taehyung deja el libro en su lugar, inquieto y algo ansioso. Jin inclina la cabeza, buscando su mirada y en espera de una respuesta. El noble se frota el entrecejo, mueve la mandíbula y mira abajo.

— ¿Por qué no lo estás? Hay un asesino suelto por ahí que casualmente mata estudiantes universitarios. —señala Taehyung y Jin se ríe suave.

—En tanto no salgas del campus de noche a solas, no va a pasarte nada. Es lo que ha sucedido hasta ahora. Además de la falta de atención al símbolo que tan repetido se siente. —Taehyung no considera que sea suficiente salvaguarda. Está nervioso y su madre incluso le envió una carta al respecto. Pidiéndole que regrese a casa para que esté a salvo.

Contradictoriamente, Taehyung tiene miedo a viajar y que lo asesinen en el camino de aquella manera tan horrible.

— ¿Haces tanto afuera por las noches Taehyung? —interroga Jin en voz baja. Taehyung se recuesta del librero y gira hacia Jin.

—Lamento que mis temores te parezcan absurdos. Parece que la psicología no es para ti—Jin rueda los ojos—. Sin embargo, si no te molesta ¿Puedo pasar las noches contigo para estar tranquilo?

Jin demora unos segundos en procesar el pedido y entreabre los labios. Es una propuesta en doble sentido, casi exigiendo su atención y un método para que la preocupación no lo coma vivo, al mismo tiempo que estando acompañado, nada malo pasara. Se endereza y toma la mano derecha de Taehyung, dándole un beso en los nudillos.

—Lo que me pidas, joven Brownbear. —Taehyung enrojece ligeramente y hace puchero. Las cursilerías de Jin, ahora mismo, solo le causan temblor en las piernas y no es capaz de responder con su usual y necesaria picardía.

Jungkook se levanta de su sitio apenas Jimin entra al lugar. El más bajo le agradece con una sonrisa, siendo que ya le tenía lista una copa. Se levanta de puntas y le da un beso en los labios, continuando hacia la mesa. Taehyung y Hoseok no resisten la risa a la cara roja de Jungkook.

—Ya están bebidos, perfecto—dice Namjoon con una sonrisa y un folder enorme en la mano. Lo deja en la mesa central—. Temía que no lo estuvieran.

— ¿Por qué?

—Venimos aquí a beber, besarnos y leer, si no estas medio borracho, no sirve el lugar. —notifica Jin a Yoongi que resopla.

—Bien, lo que necesitamos hablar es- Gracias Jin—Toma la copa servida de vino tinto, dando un trago a la misma—. Es que hay un patrón en lo que está sucediendo. Uno mucho más grande que, sospecho, nadie ha notado hasta ahora. —Yoongi ladea la cabeza.

— ¿A qué te refieres con eso exactamente? ¿Un patrón de ataque?

—Sí y no—Pone en la mesa varios periódicos, listados y demás papeles que generan mareo en primera estancia—. Debido a que Hongjoong me explico la motivación a tantos visitantes y apoyos, investigué un poco más el asunto. Encontré que las víctimas no pasan de los treinta años en ningún caso—Señala y Jin lee los papeles al igual que Yoongi, los demás se dedican a beber y oírlo—. Han sido todos estudiantes o próximos estudiantes universitarios y lo que más llamó mi atención es que: la gran mayoría, un setenta por ciento de las ocasiones, los incriminados son familias con raíces asiáticas.

—Ahora que lo mencionas—murmura Yoongi dejando el papel un momento—. En dónde vivía, muy, muy al sur, sucedió algo parecido y no se documentó. Es un pueblo muy rural. El tema es que asesinaron a la familia que pensaron que lo hizo.

— ¿Que mierda? ¿Por qué? —replica Jungkook espantado.

—Porque eran antiguos empleados. Todos asiáticos. Mi familia no fue afectada. Porque mi hermano es militar y nadie se atreve a acercarse por precaución—explica Yoongi—. No me enteré de nada, estaba de viaje. Si me dicen que tenían estás marcas encima, no me sorprendería.

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