18. Apuesta arriesgada

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—Yo la ayudo.

— ¡Uhmm! Primera vez que te veo tan cerca de una mujer.

—Aww, Jihyo, no seas tan mala.

La mujer se ríe, recibiendo un beso en la sien de parte de Jimin, quién la ayudó a bajar del carruaje. Jihyo usa un despampanante vestido rojo con un escote más grande de lo que debería, apretando su cintura y dándole un cuerpo de reloj de arena. Su cabello largo recogido y rizado. Jimin por su parte lleva un pantalón muy alto, cerrado en su cintura; camisa blanca con volantes en las mangas y abierta ligeramente en el pecho, exponiendo la cadena de oro que lleva.

Su cabello sobre el hombro y sus manerismo lo hacen lucir sospechoso para todos quienes pasan, señalándolo. No obstante, ambos consiguen bien su objetivo: coquetear y llamar la atención sin siquiera esforzarse.

—Ah, con lo que me gustaría ir descalza.

—Todos quisiéramos ir descalzos. Este piso resbala más que el hielo.

Jimin deja a Nayeon tomar su brazo, usa un vestido amarillo similar al de Jihyo, pero también una diadema y grandes pendientes de oro. Entran al salón con multitud de personas. Familias reunidas para pasar un momento de paz.

Namjoon sabe perfectamente que la gente busca cualquier excusa para una fiesta, para lucir su nuevo vestido, su nuevo sombrero, un nuevo negocio; beber hasta cansarse y lo mejor de todo ¡No ser el anfitrión que paga la celebración!

Los universitarios se reúnen con sus familias y ellos guardan una cautelosa distancia. La ide avino de Taehyung, quien consideró esta la mejor forma de eliminar sospechosos. Con mucha suerte, conseguir al culpable bajo una jugada muy arriesgada.

—No puedo creer que nadie me cree capaz de estar cerca de las mujeres. Con lo mucho que me gustan. —suspira Jimin decepcionado y haciendo puchero. Jungkook y Yoongi se ahogan con lo que beben.

— ¿Es chiste? Dime que es chiste.

— ¿T-te gustan? —balbucea Jungkook, impactado. Jimin abre un ojo.

— ¿A poco a ustedes no? Que no me acostaría con ellas es otra cosa, pero me gusta como son. Tan bonitas, sabiendo que hacer y fingiendo que no ¡Me encantan! —explica y Yoongi silba.

—A Jimin le interesa que sea más alto que él. Lo demás, puede variar. —afirma Namjoon.

—Oh, eso no es tan difícil de lograr.

Jimin le da un codazo a Jungkook que arruga la nariz. Jin se da cuenta de que la Sra. River se los quedó manido, pero la señora regresa su atención a Momo que habla animadamente. Le sonríe con ternura y hasta cariño. Jin sabe que ella tuvo una hija, pero falleció muy joven. Supone que Momo llena de forma efectiva ese hueco y no lo puede disimular ni siquiera aquí.

Donde todos deberían disfrazar sus emociones.

—A los Hirai y a los River juntos les va muy bien, mejor que nunca y Momo recibe cartas semanales de su madrastra, ella le envía regalo de vez en cuando... —musita Jin en voz baja y Namjoon sonríe leve.

—Podemos descartar a los River entonces.

Jimin toma una copa y va a unirse a la conversación que hay entre los Weaver, Choi y el lord de York. Incluso a ellos lo sorprende el que Jimin sepa tanto. El usual rumor de que es una marica inútil y sin cerebro, casi una mujer, es muy conocido en todo lado. Durante la conversación, Jimin no percibe hostilidad, ni siquiera desprecio; tan solo impresión y que al menos el conde de York, está interesado en él.

—Eventualmente tendrá que bajar los precios.

— ¿Por qué lo crees?

—Porque de otro modo, encontraran a otro que cobre menos—Jimin deja la copa en la bandeja del camarero y cruza la pierna, recibiendo miradas ansiosas y enigmáticas—. La revolución francesa sucedió por la pobreza, pero en este país no ha sucedido por la única razón de que siempre han bajado la barra. Eventualmente pasará. Los vestidos de las mujeres son tan costosos, los sombreros necesitan tela más y más raras. Disminuir y mantenerse a raya... sería lo más oportuno.

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