14. Buscar el placer perdido

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—No te vayas.

Taehyung se recuesta de nuevo y se queda mirando a Jimin. Tiene la cara muy hinchada. Culpa de no estarse levantando de la cama a lo largo del día. Le acaricia una mejilla y se acerca a darle un beso en la mejilla.

—Debo ir a hacer algunas cosas. No te va a pasar nada aquí—promete en voz baja, haciéndola sonar más profunda—. Ni siquiera saben que estás aquí.

—La policía sabe.

—Era inevitable.

—Podrían venir a matarme. —musita en voz baja y Taehyung tuerce los labios.

Con lo que Jimin reportó, es normal que no se sienta seguro en ningún lado. Más aun con uno de los asesinos, suelto por ahí. Indiferente a cuanto describió su cara, no encuentran al culpable. La parte más sencilla es el tatuaje en la frente. No hay maquillaje capaz de eliminarlo y aun con ello, no sospechosos a la vista.

Para hacer el asunto más tenso, los estudiantes están haciendo miles de reclamos y protestas. Se sienten inseguros y que la policía no hace nada por protegerlos. Algunos ya tienen guardaespaldas y compañías en caso de que haga falta. El condado en general, está tachado como zona de peligro. La idea de irse es más peligrosa que quedarse. Si bien atacaron un salón, fue el más lejano en la universidad. En donde daria tiempo a huir y que nadie hiciera nada por evitarlo.

Estando juntos y armados impide que se vuelva a repetir el ataque.

—Namjoon me anunció que iríamos a una de sus casas fuera de la ciudad. Por esta semana y que descanses mejor—anuncia acariciándole el cabello—. De por sí, será una semana más de luto por los estudiantes que fallecieron.

Jimin asiente y Taehyung se marcha. Estando solo, Jimin esconde el rostro en la almohada. Fingir así que no se dé cuenta de su soledad. Escucha el eco del teléfono de la casa sonando. Está en el piso de abajo, en la cocina. Único lugar en el que se dignaron a pasar los cables.

Se fuerza a ir hacia allá, lo más probable es que sea importante por el nivel de insistencia.

. . .

Se sacude la ropa y respira profundo antes de entrar a la enorme casa de Namjoon. Taehyung estaba en la universidad, por lo que puede dar por hecho que Jimin está solo aquí. Se da cuenta de su voz viniendo de la cocina y se acerca a escuchar que es lo que pueda estar hablando por teléfono:

— ¡Ya sé que...! No voy a viajar allá, lo siento- No quiero ir y tampoco quiero que vengas ¿Qué si te hacen algo? —Jungkook asoma la cabeza, Jimin ahogado en llanto con el teléfono en las manos—. Sé que te molesto muchísimo y que no soy nada de lo que quisieras que fuera, pero yo te amo y no quiero que te pase nada papá—gimotea acelerado y angustiado—. Quédate en casa. Por favor.

Jimin se queda en silencio, escuchando la respuesta y replicando de nuevo:

— ¡Estoy en casa de Namjoon! Iré a otro lugar este fin de semana. Estaré bien—moquea pasando la mano por su mejilla—. Te mandaré cartas cada vez que pueda. Te lo prometo... Adiós...

Deja la bocina y se recuesta de la mesa, escondiéndose en sus brazos. La caricia en la espalda lo sobresalta por unos instantes hasta reconocer la mano de Jungkook.

. . .

—Él quería un político, yo no lo soporto. Me gusta escribir—comenta bebiendo la copa de vino entera que Jungkook le sirvió—. Tengo hermanos, pero sé que esperaba mucho de mí porque demostré ser muy listo desde pequeño... Soy una decepción en demasiados aspectos.

—No creo que deje de quererte. —opina Jungkook, que como de costumbre, lo escuchó en silencio.

—A veces tengo la sensación de que sí...

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