La música encendida, era algo poco habitual en la casa, sobre todo a esas horas de la noche, a esas horas de la noche, el ambiente se sentía un tanto melancólico. La casa estaba a oscuras, siendo iluminada únicamente por la luz del poste, que se colaba por los visillos. Sobre la alfombra de la sala, Ian se encontraba acostado, escuchando Sparks de Coldplay. Su hermano irrumpió en la sala y encendió la luz.
— Apaga la luz — reclamo ante el brillo de la ampolleta.
— ¿Qué haces aquí? — dijo un Teo ya más sobrio
— Escucho música, ¿no es obvio?
— ¿A las cinco de la mañana? — pateó una botella de Coñac — además estás bebiendo.
— Si.
— ¿Quién eres tú? Mi hermano jamás estaría a esta hora bebiendo.
— Apaga la luz, yo estoy cómodo aquí.
Teo hizo caso a la petición de su hermano, apagó la luz y tomó asiento en el sofá.
— ¿Ocurrió algo?
— No, nada.
— Entonces ¿Por qué estás bebiendo?
— No lo sé, solo me dieron ganas de beber, me tomé unas cervezas que tenía en el refrigerador y cuando se acabaron saque un concho de pisco y después abrí está botella, — le enseño a su hermano la botella de Coñac, que había platicado con anterioridad — pero ya queda poco.
— Ven, — se agachó y sujetó el brazo de su hermano — es mejor que te lleve a tu cuarto.
— No quiero — apartó el brazo de su hermano — me voy a quedar aquí, hasta que se me pase.
— ¿Se te pasó que?
— Lo que siento.
— ¿Qué es lo que sientes? — Tomó asiento al lado de su hermano, le quitó la botella de las manos y le dio un sorbo.
— No lo se, no lo entiendo, pero si se que no me gusta. Me siento así desde que te vi entrar con ese niño en el motel.
La sorpresa de Teo, al escuchar a su hermano era evidente, ¿Cómo era que los había visto? Acaso Ian los había seguido.
— Tu me viste entrar con él.
— Si, también los ví en el callejón. El solo es un niño, ¿cómo pudiste llevarlo a un motel?
— No preguntes esas cosas — en estos momentos Teo desearía estar completamente borracho, para no hablar estas cosas con Ian — es mejor que te lleve a dormir.
— No quiero que me toques. — protesto mientras apartaba el brazo de Teo, que intentaba sujetarlo — Todo este tiempo he tenido que oír cómo coges con chicas en tu cuarto, pero hoy fue diferente, vienes llegando después de coger con ese niño y yo los vi entrar a ese motel.
— ¿Qué tiene que ver eso? Solo intento llevarte a su cuarto.
— No lo entiendes.
— ¿Qué es lo que debería entender?
Ian intentó ocultar las lágrimas que rodaban por sus mejillas, secando las con su antebrazo.
— No quiero que nadie más te tenga — como un grito, estás palabras salieron de sus labios — no soporto escucharte con esas mujeres y verte hoy con ese chico, fue lo peor. Saber que estás teniendo sexo con alguien más, me hace sentir extraño, algo duele aquí — apunto a su pecho — te quiero solo para mí.
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No te puedo desear.
RomanceUna familia aparentemente sólida, dos hermanos inseparables, ambos se enfrentan a una dura realidad que golpeara sus vidas. La triste noticia de la enfermedad de su madre, abre en ellos heridas que jamás se cerrarán. Un perturbador cambio en la vi...