11- Avanzar un casillero, retroceder otro

288 25 9
                                    


Here we go go go again ♫♪


___________________________________________________________




Dos meses después...



Como no podia ser de otra manera, era yo la que salía perdiendo, ni siquiera se porque aposte si mi suerte nunca me apoya.


-Muy bien, en mi casa- Dijo Ethan remarcando que la vigilancia iba a ser en su casa y no en la mía.


Habíamos dejado la suerte en manos de una moneda para saber a que casa íbamos para hacer el trabajo de Biología y espiar a Amanda, hacía ya dos semanas que nos juntábamos cada vez que podíamos para que el trabajo de escuchar horas y horas las grabaciones de la oficina, no se hicieran una carga, todo era por el mero profesionalismo, claro.


- Ya vámonos- dije resignada saliendo del estacionamiento del colegio.


-Tienes que aprender a ser una buena perdedora- se burló y yo le di una sonrisa de burla.


- Como sea- suspiré y él se rió, no se que le parecía divertido, siempre ganaba él, que injusto.


- Ainhoa, respeta a mi hermanito, que sino se pone terco y ambas sabemos como se pone cuando pelea- Dijo Leah desde el asiento trasero- Espera, cierto que eres igualita a él- se burló y yo le saque la lengua mirándola, cuando frenamos en un semáforo.


Si, las cosas habían cambiado, lo sabia, me había dado cuenta y lo aceptaba, pero algunas cosas no cambiaban, por ejemplo esto, ambos molestándonos, que ahora ya no era para herir al otro, sino como un juego, al menos de mi parte, ya no quería herir a nadie mas.

Acepto que aún hay ciertos rencores que no han sanado, ciertas cosas que siguen ahí, latentes, esperando a que una este bien para resurgir en el pensamiento, pero bueno, no todo podía ser perfecto.

Ahora hasta nos reíamos juntos y todo, pasábamos mucho tiempo juntos y no me desagradaba, ahora, teníamos bromas internas y todo, es más, hasta lo consideraba un amigo, no cercano, pero un amigo con el que se podría bromear y esas cosas. De vez en cuando teníamos esa "conexión" - así decidí llamarlo- en el que nos quedábamos mirándonos a los ojos por unos segundos y luego seguíamos como si nada hubiera pasado, había algo de eso que me molestaba, pero aún no lo descifraba.


Entramos a su casa y Leah enseguida se encerró en su cuarto, tenia un trabajo importante que hacer en una materia que no compartíamos.


- ¿Quieres tomar algo?- me preguntó yendo a la cocina, mientras yo, sin pedirle permiso prendía su Notebook para empezar nuestra vigilancia.


- Lo que vayas a tomar vos- le dije y subí con la computadora hacia su dormitorio, digamos que sus tíos -padres prácticamente- no sabían que hacíamos todo el tiempo que pasábamos juntos, no sabían que cuando él estaba con sus auriculares, no estaba escuchando música, sino un silencio casi diario, que provenía de la oficina de Amanda, era una mujer muy dedicada, que no hablaba con nadie de nada, ademas de lo esencialmente necesario, lo último importante para nosotros que escuchamos fue cuando dio a entender que iba a haber una "subasta" de personas, por no decir directamente que iba a comprar a más personas.

101 Razones Para OdiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora